#Trànsits 2023-2024 (crónica de las sesiones de otoño)

El ciclo “Trànsits: músiques de l’esperit” —organizado por el Museo de la Música de Barcelona y la Oficina de Asuntos Religiosos (OAR) y enmarcado en la temporada “Poder o revolta” de L’Auditori— empezó su segunda edición el otoño pasado. En los meses de octubre y noviembre del 2023 tuvieron lugar las actividades “Licht der Sinnen: la música de la reforma luterana” y “Nit gnawa: música i trànsits al Marroc”. Las personas asistentes pudieron disfrutar de una conversación introductoria con personas expertas y pertenecientes a cada comunidad, y una exhibición de sus respectivas prácticas musicales en contexto espiritual o litúrgico.

El vínculo entre la música y la práctica religiosa y espiritual ha sido históricamente muy estrecho. El sonido se ha utilizado en muchas culturas como un vehículo para acercarse a la divinidad, para transitar hacia la trascendencia, tomando forma en muchos y varios ámbitos ceremoniales, rituales o de culto que han sobrevivido hasta nuestros días y adaptándose al paso del tiempo, a los conflictos políticos y a los movimientos migratorios. Con este ánimo continuista, distintas comunidades religiosas de Barcelona protagonizan el ciclo “Trànsits: músiques de l’esperit”, organizado por el Museo de la Música de Barcelona y la Oficina de Asuntos Religiosos (OAR).

El ciclo quiere poner el acento en la diversidad cultural y, sobre todo, religiosa de Barcelona, mediante los varios vínculos que las creencias que conviven en la ciudad establecen con la música. En la entrevista publicada recientemente en la web de la OAR, Jordi Alomar, director del Museo de la Música de Barcelona e impulsor del ciclo, explicaba que el título “Trànsits” hace referencia a un estado, pero también a un paso, un cambio de contextos, de espacios o de repertorios. Así, las distintas sesiones que ya han tenido lugar y que se celebrarán en los próximos meses quieren poner de relieve la diversidad cultural, religiosa y espiritual de Barcelona, y mostrar un amplio abanico de prácticas en las que la música tiene un papel protagonista.

Después de su primera edición iniciada el año 2022 y enmarcada en la temporada “Mort o retorn” de L’Auditori, el ciclo continúa el 2023 y 2024 con su segunda edición, ahora en el marco de la temporada “Poder o revolta” de L’Auditori. Empezó en octubre con la sesión “Licht der Sinnen: la música de la reforma luterana”, y continuó en noviembre con “Nit gnawa: música i trànsits al Marroc”. Aunque estaba prevista una tercera sesión el mes de diciembre, “Barak. Músiques de la llum a la Hannukà”, desgraciadamente no se pudo celebrar.

Todas las sesiones consisten en una conversación previa con personas expertas en el vínculo entre la música y la espiritualidad de la comunidad protagonista de la actividad. Luego hay una sesión de exhibición en que la misma comunidad lleva a cabo alguna práctica religiosa o espiritual donde la música, el canto y el sonido tienen un papel preponderante.

LICHT DER SINNEN. BACH Y EL PROTESTANTISMO ALEMÁN

“Licht der Sinnen: la música de la reforma luterana” tuvo lugar el 21 de octubre de 2023 en la Iglesia Evangélica Luterana de habla alemana, una de las iglesias históricas de la ciudad, y continuaba el recorrido por las iglesias evangélicas iniciado en la primera edición del ciclo en el marco de la sesión “Paths of the Soul. La música de les esglésies evangèliques”. La actividad empezó con una conversación con Matthias Weinmann, violoncelista y coordinador de actividades de la comunidad; Oliver Spies, pastor evangélico, y Anna Clot, socióloga. Posteriormente, tuvo lugar un oficio litúrgico en el que solistas de la Salvat Beca Bach y del Bachcelona Consort interpretaron algunas de las más de doscientas piezas que Johann Sebastian Bach compuso vinculadas a determinadas lecturas prescritas por el calendario litúrgico luterano.

La sesión ejemplarizó la importancia de la música para el protestantismo, para el cual, y de acuerdo con el ideario de Martín Lutero, impulsor de la Reforma protestante en el siglo XVI, la música era un elemento central del servicio divino, un vehículo de la fe. De hecho, los varios corpus de himnos y cantatas, escritos en alemán para facilitar su uso y su difusión, fueron uno de los pilares del establecimiento y la dispersión del luteranismo. En la conversación previa, Oliver Spies hacía referencia a este hecho y lo vinculaba a la iconoclastia protestante: “Las iglesias protestantes están vacías, no hay pinturas, ni esculturas, nos falta la emoción. Tenemos las palabras, pero no se puede entender el cielo con palabras, y es aquí donde entra la música”.

La práctica musical religiosa es también un anclaje para la práctica protestante, que se caracteriza, según Matthias Weinmann, por la misma dialéctica que destaca en su musicalidad polifónica: “En la música hay muchas voces, y en el protestantismo hay muchas opiniones, pero el resultado final, en la conjunción, siempre se acaba entendiendo”. De este modo, la capacidad de adaptación de la música permite hacer transitar la práctica religiosa por las distintas épocas sin perder su esencia, y ofrece, al mismo tiempo, un espacio seguro para las personas creyentes estén donde estén. En este sentido, la conversación también hizo referencia al foco del ciclo, se centró en aquella capacidad de la música de ser una lengua franca entre las varias doctrinas, creencias y espiritualidades.

Después de la conversación tuvo lugar una breve exhibición musical con Oriol Mallart, bajista de la Salvat Beca Bach, y con Daniel Tarrida en el piano. Seguidamente, se celebró el servicio religioso en la iglesia, acompañado por Izumi Kando en el órgano y por las cantatas de cuatro integrantes de la Salvat Beca Bach y el Bachcelona Consort, que interpretaron la coral BWV 654 Schmücke dich, o liebe Seele y la cantata BWV 180 Schmücke dich, o liebe Seele. Después del oficio interpretaron el concierto en andante TWV 53: E1 y las cantatas TWV 31 Schmücke dich, o liebe Seele y BWV 162 Ach! Ich sehe, itzt, da ich zur Hochzeit gehen.

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  • Mira el vídeo de la conversación y de la exhibición musical AQUÍ.

NIT GNAWA. UN RITUAL DE SANACIÓN DEL SUFISMO MUSULMÁN

La segunda actividad de esta edición de Trànsits tuvo lugar el 4 de noviembre de 2023 en el centro de producción e investigación artística Hangar. Con el título “Nit gnawa: música i trànsits al Marroc”, la actividad enmarcó un ritual llamado lila, una ceremonia de purificación de la tariqa o cofradía musulmana sufí gnawa, establecida en Marruecos pero originaria del sur del Sáhara. Empezó con una conversación con los músicos Smail Ouazza y Saimen Kherbouch, koyo y maalem del grupo Gnawa Vibrations, que después llevaría a cabo la lila; Ilaria Sartori, etnomusicóloga, y Stefano Portelli, antropólogo, ambos especialistas en la gnawa y su diáspora.

Saimen Kherbouch presentó los dos instrumentos principales de la música gnawa, el guembri y las cárcabas, dos instrumentos con un significado profundo, muy ligado a las creencias y al pasado histórico de las comunidades gnawa. El guembri es un cordófono de cuerdas pulsadas y registro grave que toca el maalem o maestro, formado por una pieza grande de madera, una tapa de piel de camello y tres cuerdas hechas de intestinos de cabra. Son tres materiales creados a partir de seres vivos, de aquí que se diga que el guembri lo constituyen tres almas. Además, su forma se concibe como “el barco de la libertad”, como una revolución contra el pasado esclavo de la comunidad. De manera parecida, el material metálico de las cárcabas, una especie de castañuelas con sonido agudo que acompañan el guembri, también simboliza los grilletes que en otros tiempos atenazaban las manos y los pies de las personas esclavizadas.

Las diversas migraciones forzosas que protagonizaron los y las antepasados de las actuales comunidades gnawa los llevaron a desarrollar una cultura que conjuga la adaptabilidad con la capacidad de comunión. Stefano Portelli señalaba cómo las transformaciones de las varias ciudades donde se acabaron asentando estos grupos han ido reconfigurando la gnawa, pero al mismo tiempo esta ha influido allí donde llegaba, porque en los rituales que llevan a cabo confluyen personas de todos los contextos sociales, religiosos, culturales y económicos, “y se vuelven sagrados por su capacidad de conjugar a la población”. Para Smail Ouazza, este es, al fin y al cabo, el objetivo de la gnawa, que llevaba a cabo “tareas de integración y unión en todas las regiones marroquíes donde se instalaba”. Una capacidad de integración de la que, según Stefano Portelli, tendría que aprender Europa, “reanudando los rituales de integración real que se han ido perdiendo, cogiendo el ejemplo de estas personas que vienen de estos países del mal llamado tercer mundo”.

Esta capacidad de conjunción tiene lugar, en parte, gracias al carácter atmosférico de los rituales gnawa, sobre todo de la lila, en que “no hay que entender las palabras, es suficiente con la música y los sonidos para sentir y vivir el tránsito, para sanar y purificar el cuerpo y las malas energías,” añadía Seimen Kherbouch. Este ritual tuvo lugar después de la conversación con el grupo Gnawa Vibrations, que ofreció el repertorio tradicional formado por una conjugación de sonidos clásicos del islam y músicas preislámicas.

La lila empezó con el al-‘ada, una apertura con tambores y bailes en la que se ofrecen dátiles, leche y dulces a las personas presentes, que tuvo lugar después de una primera introducción fuera del local de Hangar. Seguidamente, se entró de lleno en la ceremonia, dirigida por el guembri y los cantos del maalem, acompañados por las cárcabas y la respuesta vocal del resto del grupo. Algunas personas asistentes y pertenecientes a la comunidad se sumaron a la celebración con bailes libres, y la ceremonia se alargó hasta las tres de la madrugada, aunque tradicionalmente se celebra hasta la mañana siguiente.

  • La galería de imágenes de la actividad “Nit gnawa” se puede recuperar AQUÍ.
  • El vídeo de la conversación y el ritual se puede consultar AQUÍ.