Durante estos 14 meses, se derribarán por dentro las naves del bloque 9, respetando las fachadas, como ya se ha hecho en el bloque 12, y se arreglará toda la parte de Can Batlló más próxima a las calles de la Constitució y Parcerisa y la Gran Vía, con la reubicación del área para perros en el centro del espacio y de los huertos comunitarios al lado de la antigua masía de Can Bruixa. Donde estaba el bloque 12 se situará una primera zona de juegos infantiles, de las tres que al final habrá por todo el parque, y dentro del bloque 9 semicubierto, un espacio abierto con varios usos de carácter deportivo.
El límite de las obras de esta fase es la calle transversal que actualmente cruza Can Batlló desde la Gran Vía hasta Constitució (añadiendo el antiguo bloque 12, con las fachadas ya vaciadas). Una vez convertida en parque o bosque, en toda esta área más próxima a Parcerisa no quedarán caminos rectos sino atajos en curva que igualmente conectarán todos los accesos de manera más agradecida. Se entrecruzarán con los caminos de agua que irán desde los nuevos huertos de Can Bruixa hasta el pequeño jardín botánico que se ubicará en un rincón del bloque 11, convertido en umbráculo.
De momento, para liberar todo este recinto de obra, además del cierre de los espacios mencionados, se suprime la zona de aparcamiento regulado como área verde (que tenía acceso desde la calle de Parcerisa), así como el sector hasta ahora ocupado por el depósito de herramientas de la obra de construcción de viviendas en la otra acera de la calle de Parcerisa y la avenida del Ferrocarril.
El nuevo centro verde de la Bordeta
El antiguo recinto industrial de Can Batlló dejó de serlo definitivamente en junio del 2011, cuando el vecindario ocupó buena parte de las naves vacías y las destinó a varios proyectos culturales y comunitarios. Actualmente, el Espacio Comunitario y Vecinal Autogestionado de Can Batlló gestiona más de 13.000 metros cuadrados, sobre todo en el bloque 11, mientras que otras naves se rehabilitan y destinan a equipamientos de ciudad como la Escuela de Medios Audiovisuales (EMAV) o el Ateneo Cooperativo de Barcelona (Coòpolis).
El futuro parque de Can Batlló forma parte de la estrategia de naturalización de la ciudad de Barcelona, con la creación de nuevos entornos saludables donde disfrutar del verde y el ocio. El proyecto definitivo nace también de un proceso participativo del vecindario, que ha querido revalorizar este patrimonio industrial de la Bordeta. Así, en el nuevo parque se conservarán las fachadas de las antiguas naves, que se integrarán en los jardines y servirán para delimitar pistas deportivas y juegos infantiles.