¿Sabías que las Torres Venecianas tenían que ser derribadas?

10/08/2020 - 12:45

Situadas en la plaza España, las Torres Venecianas son uno de los grandes legados de la Exposición Internacional de Barcelona de 1929 y uno de los símbolos del distrito de Sants-Montjuïc y de la ciudad. Sin embargo, el propósito inicial era derribarlas una vez finalizada la feria.

Diseñadas por el arquitecto Ramon Raventós, las torres, idénticas, de estilo historicista y de carácter ornamental, están inspiradas en el campanario de la basílica de San Marcos de Venecia, motivo por el cual se llaman «venecianas». A pesar de eso, no se trata de una réplica exacta, ya que las torres miden 47 metros de altura y 7,2 metros a cada lado de la base cuadrangular por los 50 metros de altura y los 12 metros por lado del Campanile veneciano.

Concebidas como la puerta de entrada a la Exposición Internacional de 1929– que propició la remodelación de la montaña de Montjuïc y de sus alrededores-, las torres se colocaron al inicio de la avenida Reina Maria Cristina. El recinto de la exposición, obra del arquitecto Josep Puig i Cadafalch, incluía la plaza de Espanya -en torno a la cual se edificaron cuatro hoteles de los cuales sólo queda un edificio en pie, que actualmente aloja la Escuela Francesc Macià y el Instituto Municipal de Educación-, la avenida de la Reina Maria Cristina -antigua avenida América-, la Fuente Mágica de Montjuïc y el Palau Nacional, la edificación principal de la exposición y actual Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), sin contar otros palacios y pabellones distribuidos por la montaña de Montjuïc, como el pabellón de Mies van der Rohe.

En origen, al pie de las torres, había una balaustrada decorada con cuatro esculturas: las Artes y la Industria, de Carles Ridaura, el Comercio, de Enric Monjo y el Deporte, de Josep Viladomat. Pero tanto la balaustrada como las estatuas fueron retiradas durante la reurbanización de la plaza a la década de 1970. Se conservó la estatua de las Artes -también conocida como Mujer con niño-, que todavía podemos ver no muy lejos, en la entrada del aparcamiento de la Feria de la avenida Paral·lel.

El propósito inicial era derribar las torres tan pronto como finalizara la Exposición. Por este motivo, se construyeron con materiales poco nobles, piedra artificial en la base y en la galería, ladrillos encarnados en el cuerpo de la edificación y cobre para el techo piramidal. La decisión de última hora de conservarlas, propició que fueran necesarias diversas acciones de mantenimiento a lo largo de los años, un proceso que culminó en el 2013 con la restauración de ambas torres.

Actualmente, las dos torres están catalogadas como bien de interés local. De hecho, incluso, una vez al año, y en el marco del 48 h Open House Barcelona, se puede acceder a su interior.