Al hablar de Sant Medir mucha gente piensa automáticamente en Gràcia, porque es en la antigua villa donde nació la tradición y es en sus calles donde tienen lugar las principales celebraciones, pero en realidad hay más barrios barceloneses que celebran la fiesta. Aparte de la Vila de Gràcia, ocho barrios más tienen o han tenido colles de Sant Medir a lo largo de la historia: Sant Gervasi, Sarrià, Sants, la Salut, el Camp d’en Grassot, la Bordeta, el Poble-sec y el Raval.
Muchas veces las tradiciones tienen orígenes poco conocidos que se pierden en la oralidad. Este no es el caso de la Fiesta de Sant Medir, cuyo origen está perfectamente documentado. El origen de la romería se encuentra en una promesa que un panadero establecido en la calle Gran de Gràcia, Josep Vidal i Granés, hizo al santo. Albert Musons recoge una de las muchas crónicas del inicio de esta tradición en el libro Les colles de Sant Medir – Història, llegenda i tradició, editado por el Ayuntamiento de Barcelona en el 2007. La promesa de Vidal era "ir por todo el tiempo que viviera, en el día a él dedicado, a su ermita, montado en una yegua y tocando una chirimía, con la intención de llamar la atención de la gente y de poder contar a todo el mundo que la fe lo había curado de una enfermedad tan horrible".
Toda tradición debe tener, sin embargo, puntos de misterio y, en el caso de la romería de Sant Medir, están en el origen de la petición al santo. Unas versiones defienden que Vidal i Granés pidió recuperarse de una grave enfermedad, mientras que otras versiones apuntan el origen en el hecho de que el panadero y su hermano mayor eran carlistas y que la petición al santo fue que el uno o el otro pudieran superar una situación comprometida por sus creencias políticas. Fuera como fuese, un día de Sant Medir de la década de 1830, Josep Vidal i Granés hizo la primera romería a la ermita y, el año siguiente, ya eran un pequeño grupo de familiares y amigos.
La tradición arraigó con fuerza y al cabo de unos años ya era noticia en la prensa. Así lo recogía el Diari de Barcelona, el 4 de marzo de 1853: "Una caravana de 300 paisanos, precedidos de un pendón y acompañada de distintas bandas y caballos, acudieron a la Ermita de San Medín". Poco a poco, la fiesta fue creciendo, y este año saldrán 24 colles de cuatro barrios barceloneses: Sarrià, Sant Gervasi, Sants y Gràcia. Además de estas asociaciones actuales, Albert Musons recoge en el libro mencionado hasta 47 colles que existieron a lo largo del siglo XX.
A pesar de ser una tradición muy graciense y que nació en la antigua villa, la colla decana es la del barrio vecino de Sant Gervasi de Cassoles: la Antiga de Sant Medir, que se fundó en 1861. Entre las más veteranas hay otras tres centenarias: la Agrupación Bonanova (1887), la Unió Gracienca (1901) y La Humorística (1912). La más joven es La Tradicional de Gràcia, constituida el año 1999. Al principio de la década de 1950 se creó la Federación de Colles de Sant Medir, que hoy es la responsable de la fiesta y del conjunto de actividades que se organizan.