Roberto Llaneza nació el 28 de junio de 1902 en Oviedo (Asturias), desde donde la familia se trasladó a Barcelona, concretamente al barrio de la Bordeta. En 1939 emprendió el camino del exilio hacia Francia. Estuvo internado en un campo de refugiados y se alistó en las Compañías de Trabajadores Extranjeros. Con la derrota del ejército francés fue capturado por las tropas alemanas y encarcelado en el Stalag VIII-C, en la localidad polaca de Zagan. En noviembre de 1941 lo trasladaron al Stalag XII-D, cerca de Tréveris, desde donde en 1941 fue deportado primero a Mauthasen en Gusen. En este campo de concentración y exterminio fue asesinado el 26 de enero de 1942.
Los alumnos del Instituto Martí Pous, de Sant Andreu, han estudiado este curso la historia de esta víctima de los campos de concentración nazis. Este martes han sido, junto con los descendientes de Llaneza, los protagonistas de este acto de recuperación de la memoria y homenaje. El acto ha tenido lugar a las 11 h en la plaza de Cal Muns, donde se han podido ver algunas de las cartas recuperadas del archivo por la investigación llevada a cabo con estos alumnos y alumnas, y se ha leído un poema con la música de fondo de ‘El cant dels ocells’. El acto ha terminado con la colocación del adoquín de memoria en la acera del otro lado de la calle Gavà, frente al número 83 donde vivió la familia de Roberto Llaneza, donde hoy se han depositado algunas velas y claveles.
Los stolpersteine son una propuesta del artista alemán Günter Denmig, surgida en los años 90 en el marco de la reunificación alemana que aborda con un microenfoque el hecho memorial, en contraposición con los grandes complejos memoriales característicos de gran parte de Europa. Una muestra de pequeñas piedras con las que tropezamos en el día a día y nos recuerdan las vidas rotas por el régimen nazi. Actualmente hay más de 70.000 stolpersteine en unos veinte países.
El proyecto pedagógico Stolpersteine Barcelona forma parte de la Convocatoria Unificada de Programas Educativos del Consorcio de Educación. Esto quiere decir que los institutos lo pueden solicitar para trabajar también a partir del próximo curso. Es un programa impulsado por la Concejalía de Memoria Democrática del Ayuntamiento de Barcelona y las Amicales de Mauthausen y Ravensbrück, para la recuperación de la memoria y el homenaje a las muchas personas de la ciudad de Barcelona que fueron deportadas a campos de concentración nazi.