Nace una biblioteca social en la Nau Bostik

En la antigua fábrica reconvertida en centro cultural conocida como Nau Bostik, encontrarás fotografía, artes urbanas, música de forma ocasional y un refugio permanente para muchas mentes con espíritu crítico. Por eso se instala allí una nueva biblioteca con nombre de sociedad utópica y llena de libros que hablan de arquitectura, pero también de política, de arte y de la ciudad en la cual vives. Sé bienvenido o bienvenida a la Biblioteca Nova Babilònia.

El centro se presenta como una “biblioteca popular y social” y se incorpora así en la Red de Bibliotecas Sociales, formada por diecinueve bibliotecas, archivos y centros de documentación repartidos por Catalunya y la Comunidad Valenciana. Todos funcionan de manera autogestionada y tienen que ver de alguna manera con movimientos sociales, puesto que aquí conciben los libros como herramientas para comprender mejor, entender e intentar de transformar el mundo en el cual vivimos.

En el espacio de la Nau Bostik encontrarás libros cedidos por instituciones de la ciudad que van desde la Fundación Joan Miró, el CCCB, el MACBA o el MUHBA, hasta las Open Society Fundation, además de donaciones particulares.

Estos donantes han aportado al proyecto 1.150 libros sobre arquitectura y urbanismo; 600 sobre arte y fotografía; 400 libros que hablan sobre la historia o el urbanismo y la arquitectura de Barcelona y cerca de 200 más que hablan sobre teoría política, relaciones internacionales, democracia o derechos humanos, entre otros temas.

Lo organiza todo El globus vermell (¿recuerdas el último Solsticio Sert en la Fundación Miró? Lo condujeron ellos), “una asociación cultural surgida en el 2009 e impulsada principalmente por arquitectos con el objetivo de formar una ciudadanía crítica y exigente hacia el entorno urbano”, como se definen ellos mismos.

Y, ¿por qué Nova Babilònia? Este nombre tan sonoro es el que le puso a su proyecto de sociedad utópica el artista neerlandés Constant Nieuwenhuys, que murió en el 2005, después de haber dedicado cerca de veinte años a dibujar un Atlas de la Nueva Babilonia o, simplemente, New Babylon. Mostraba imágenes de un proyecto de utopía social, un diseño arquitectónico urbano que imaginaba cómo sería el entorno en el cual tendrían que vivir unos humanos futuros liberados de la carga del trabajo gracias a la tecnología y dedicados solo al ocio y la creación.