La calle de Aiguafreda es una callejuela estrecha donde se encuentra un conjunto de pequeñas casas, muchas de las cuales todavía conservan los pozos de agua y algunos lavaderos, que, según cuenta la tradición, servían para hacer la colada de la gente acomodada de Barcelona y que son los restos arquitectónicos de una forma de vida de la denominada “industria de las lavanderas de Horta”. Una tradición que, dicen, viene del siglo XVII, cuando en la Barcelona amurallada y con falta de agua y espacio, la burguesía decidió dar la ropa para lavar a las lavanderas de Horta, un servicio que poco a poco se fue incrementado hasta llegar, a principios del siglo XVIII, a ochenta pequeñas industrias que los lunes recogían la ropa y la devolvían los sábados después de un amplio proceso de limpieza, una práctica que se extendió hasta el principio del siglo XX.

Autor: J. M. Contel

Pie de foto 1, antes: La calle de Aiguafreda, sobre Can Carbassa, el año 1964

Pie de foto 2, ahora: El mismo lugar en la actualidad. La calle de Aiguafreda