La recuperación del espacio de la antigua batería antiaérea del Turó de la Rovira, iniciada por la Asociación de Vecinos de Can Baró y el Museo de Historia de Barcelona, así como algunos escritos que han aparecido últimamente en diferentes publicaciones, han vuelto a poner de actualidad esta antigua posición defensiva de Barcelona, construida durante la Guerra Civil para defender la ciudad de los ataques aéreos que, sistemáticamente, hacía sobre todo la aviación legionaria italiana sobre Barcelona.

Estos hechos han vuelto a aflorar en la memoria de muchas personas que vivieron aquellos momentos, sobre todo los vecinos de los barrios de Gràcia, Can Baró, el Guinardó y la Font d’en Fargues. Recuerdos, muchos, de infancia, que, además, estuvieron aliñados en aquellos momentos por la rumorología.

Respecto a los cañones de la batería, hay diferentes versiones relacionadas con su tipo y su procedencia. Una de estas afirmaciones dice que encima de la colina había un cañón muy grande y muy viejo —llamado L’avi (el abuelo)—, una pieza que cuando disparaba hacía tanto ruido que temblaba toda Gràcia. Y un vecino afirma que del susto se le murió el canario. En este sentido, otras personas aseguran que instalaron los cañones del barco de guerra republicano Jaime I. También otras personas defienden, e incluso se ha llegado a publicar en diferentes ocasiones, que estos cañones eran de procedencia soviética. Diferentes vecinos de Can Baró y el Guinardó hablaban de la “loca” o del cañón que soltaba humo blanco o humo negro...

Autor: J. M. Contel

Pie de foto: Una de las plataformas con su cañón Vicker del 10,5. (Fotografía: ANC-Brangulí [Fotógrafos]