El 10 de junio de 1946, se fundó en Barcelona la congregación de los Hermanos Misioneros de los Enfermos Pobres, conocidos popularmente por la orden de los Camilos, de la mano de Antonio Jácome Pumar, a causa de su preocupación por la situación de los enfermos que no disponían de los recursos suficientes para su atención y, sobre todo, la de los afectados de tuberculosis, una enfermedad bastante corriente en aquellos momentos.

En el mes de septiembre de ese mismo año empezaron a atender a los primeros enfermos, en una torre que habían alquilado en Vallvidrera, llamada Vil·la Àurea. Al final de la década de 1940, Àngela Roca i Soler, miembro de la familia Roca —propietaria de la compañía Roca de radiadores—, compró, en el barrio del Guinardó, la Torre del Suro, una finca que está junto al parque del Guinardó, con un edificio construido en 1910, y la ofreció a los hermanos Camilos para que pudieran instalar allí su hospital.

Esa finca, que, por su altura sobre el nivel del mar, su proximidad a la montaña y su clima, era bastante saludable, hizo pensar a los hermanos en la posibilidad de convertir la Torre del Suro en un sanatorio para tuberculosos. Abierto el establecimiento el 29 de junio de 1949, con una capacidad inicial para quince enfermos, en 1950 se empezaron, en los terrenos de la finca, las obras para construir un hospital mayor, que respetaba la torre, obra del arquitecto Bartomeu Llongueras, y que se inauguró el 21 de noviembre de 1954. Era la Casa de Reposo Sant Camil, con el espacio necesario para albergar a cerca de un centenar de enfermos y que disponía también de un dispensario y una amplia capilla.

Autor: J. M. Contel

Pie de foto: Imagen de la Torre del Suro en el barrio del Guinardó. (Fotografía: Archivo Municipal del Distrito de Horta-Guinardó)