La delimitación del distrito actual se corresponde bastante con la de los terrenos francos que se instauraron en tiempos medievales, entonces regidos directamente por el conde rey para favorecer su desarrollo. Precisamente esta situación administrativa en que no intervenía ningún poder local es la que favoreció que se eligiera este espacio para la ubicación del Real Monasterio de Santa Maria de Pedralbes.
El Decreto de Nueva Planta de 1716 significó la pérdida, entre otras cosas, del privilegio de las franquezas del que había disfrutado Les Corts. Como consecuencia de ello, y durante los años posteriores a la guerra de Sucesión (1701-1713/1715), algunos propietarios se vieron obligados al establecimiento enfitéutico de las tierras de su propiedad e iniciaron, así, un proceso segregacionista que ya no se detendría. La Constitución de 1812 y la creación de la parroquia de la Mare de Déu del Remei permitieron establecer una nueva unidad municipal plena en 1836, que se anexionó a Barcelona en 1897.