Berta, M. Eugenia, Marta, Núria, Rocío, Tere, Antonina, Montse, y Anna fueron desgranando las razones que las llevaron a integrarse en estos grupos, espacios o proyectos de mujeres que, con la excusa de la costura, crean dinámicas de apoyo mutuo y relaciones horizontales y de cuidado entre ellas.
Fem Filigranes: el nuevo proyecto para dar apoyo a grupos y espacios de costura comunitaria
La Guia de la costura comunitaria es uno de los primeros hitos del nuevo proyecto Fem Filigranes, impulsado por Acción Comunitaria del Ayuntamiento de Barcelona, que quiere analizar cómo, desde la Administración, se puede dar apoyo y cobertura a todo el tejido de iniciativas en torno a la costura comunitaria que se han ido creando los últimos 15 años en la ciudad. Isabel Roca, referente del proyecto, explica que la costura es una actividad ideal como creadora de vínculos comunitarios. “Y está basado en tres pilares”, sigue. “Por una parte, la necesidad de espacios relacionales de proximidad de muchas mujeres, que las lleva a crear o a añadirse a estos grupos; por la otra, el factor de apoyo mutuo que se crea, y, finalmente, la vinculación en el barrio donde trabaja el grupo”. La costura se convierte así en un punto de encuentro universal que abraza la diversidad de orígenes, de edades y de trayectorias. No requiere más que máquinas de coser —incluso se puede coser a mano—, a diferencia de otras actividades, como la cocina, que necesita unos espacios más complicados. Son espacios amables, relativamente fáciles, a partir de los cuales se pueden crear vínculos que ayudan a estas mujeres a sentirse parte de la comunidad.
“Geografías textiles”: alianzas entre acción comunitaria e interculturalidad
Dadas estas premisas de relación intercultural en el sí de los grupos y espacios de costura, Acción Comunitaria buscó la complicidad del programa Barcelona Intercultural del Ayuntamiento y, gracias a esta intercooperación, la guía se presentó en el contexto de un ciclo, “Geografías textiles”, dentro de la programación del Espacio Avinyó, y se coproducirán tres actividades más este año a partir de la costura como elemento de trabajo intercultural.
Riqueza de los grupos y energía femenina en abundancia
Daniela, miembro de Creadoness y facilitadora de la mesa redonda al encuentro de presentación de la guía, incidió en el hecho de que las actividades de costura no requieren grandes presupuestos, a la vez que ponen en común los saberes de las integrantes de los grupos e, incluso, favorecen las luchas vitales: entendiendo el dolor de las otras y ofreciendo ayuda y apoyo.
Las experiencias de las mujeres en primera persona o como representantes del sentir de su grupo confirmaron el gran valor que hoy tienen estas iniciativas. M. Eugenia, d’Entremujeres, grupo que se encuentra semanalmente en el Casal de Barrio Pou de la Figuera, dice que ellas hablan de “costura de supervivencia”. Empezaron un grupito de amigas para coser algunas cosas que tenían y se fue añadiendo gente del barrio, que a menudo no sabía coser y con quien compartieron los conocimientos. Recuerda con una pizca, sólo un poco, de nostalgia cuándo tenían que carretear las máquinas de coser propias con las carretillas de ir a comprar. Ahora ya disponen de máquinas en el casal.
Por su parte, Marta, desde la Xarxa de Dones Cosidores, levanta una adhesión unánime del público que la escucha con la frase: “Gracias a la Xarxa he conseguido hacer realidad mi sueño: quería ser profesora o maestra y ahora lo hago, enseño a coser y puedo transmitir mis conocimientos”.
Del grupo de Verdum, Rocío dice: me apunté [al grupo] con mi prima, porque estaba en el paro, pero no sabía coser. Ahora estoy deseando que se rompa alguna prenda de ropa en casa para coserla el día que nos encontramos”. También habla de la buena sintonía y la confianza en que hay entre las miembros del grupo: “todas devolvemos los utensilios que cogemos a veces para utilizarlos en casa”.
Un paso adelante en la producción y el consumo responsable
El grupo Unint fils i Creant Llaços, que se encuentra en el Casal de Barrio Can Travi, y Teixint Comunitat, del Casal de Gent Gran Vall d’Hebrón, exponen uno de los hilos que también une la mayoría de los grupos de la ciudad, que es la sostenibilidad y la creatividad a la hora de reciclar. Se trata de la voluntad de mostrar otra manera de crear prendas de ropa: reciclando y reutilizando telas. Tere, de Can Travi, explica que se preocupan por el medio ambiente, y con la costura demuestran que se pueden hacer cosas muy bonitas con telas que estaban destinadas a ser tiradas. “Una camisa nos puede servir para hacer lo forro de una mochila”, ejempifica Montse, de la Vall de Hebrón.
Núria, de la Xarxa de Dones Cosidores, añade que el hecho de producir desde los barrios también tiene implicaciones en la manera de consumir: “Son productos de proximidad, que no han recurrido miles de kilómetros, y cosidos sin explotación laboral”, concluye.
¿Más allá del apoyo mutuo, una opción laboral?
Uno de los retos de algunos de los grupos es poder ser el embrión de un proyecto de emprendimiento, con el cual las miembros pudieran acceder a un apoyo económico. La Xarxa de Dones Cosidores está trabajando para que sea así; explican que ya tienen encargos, que van a ferias y que hacen campañas comerciales como la de Sant Jordi o Navidad. Sin embargo, es un camino largo y no exento de complicaciones.
La Guía de la costura comunitaria, sólo el primer paso de muchos
La guía, fruto de más de 60 entrevistas, recoge 54 grupos —que no son todos los que hay en la ciudad, pero sí la mayoría—, con el objetivo de visibilizar esta realidad y su alcance. Será una herramienta abierta, que se actualizará a medida que aparezcan o se detecten nuevos grupos o espacios.
Se aprovechó este recorrido por las iniciativas para preguntar también cuáles son las necesidades, y Carme de la Madrid de Etcèteres y colaboradora en la confección de la guía, explica que “hay de todo tipo: desde las más concretas, como máquinas de coser, pasando por saber como organizar una feria para vender los productos, hasta el abordaje de conflictos. Hay mucho campo para recorrer, teniendo en cuenta que hay grupos muy diversos en todo el territorio de la ciudad”.
La presentación de la guía es el pistoletazo de salida del proyecto Fem Filigranes, que caminará en otoño con un encuentro abierto a todos los grupos de costura y a la ciudadanía. Las mujeres y los grupos tendrán la oportunidad de unir fuerzas para mostrar la potencia y la energía que se produce en estos grupos. Como no podía ser de ninguna otra manera, serán ellas mismas las que definirán y diseñarán el acontecimiento.
¡Quedamos atentas a la convocatoria!