#Trànsits 2023-2024 (crónica de les sesiones de primavera)

El Museo de la Música de Barcelona y la Oficina de Asuntos Religiosos (OAR) organizan la segunda edición del ciclo “Trànsits: músiques de l’esperit” en el marco de la temporada “Poder o revolta” de L’Auditori. Esta nueva edición comenzó el otoño pasado y se ha cerrado esta primavera. Durante los meses de abril y mayo han tenido lugar las sesiones “Shawn Mativetsky: músicas del norte de la India”, “Cuncordu Codronzanesu: polifonías de tradición oral en Cerdeña” y “Pascua ortodoxa: las músicas de la Iglesia ortodoxa rumana”. Todas ellas han mantenido el formato dual de las anteriores y han consistido en una conversación con personas expertas o pertenecientes a las comunidades protagonistas de la sesión y una práctica musical espiritual o religiosa.

El vínculo entre la espiritualidad y la música ha sido muy estrecho a lo largo de distintas épocas, contextos y grupos humanos. El sonido ha sido la fuente, para muchas religiones y espiritualidades, para el encuentro con la divinidad y la trascendencia tanto individual como colectiva. La transversalidad de esta clase de prácticas permite establecer vínculos entre culturas muy diferentes, de tal manera que la música se convierte en un espacio preponderante de encuentro de comunidades diversas.

El ciclo “Trànsits: músiques de l’esperit”, organizado por el Museo de la Música de Barcelona y la Oficina de Asuntos Religiosos (OAR), en el marco de la temporada “Poder o revolta” de L’Auditori, ha querido reflejar, en la que es ya su segunda edición, esta realidad, difundiendo y celebrando las prácticas religiosas y espirituales de tipo musical en una serie de sesiones en las que “las espiritualidades y religiones de las distintas comunidades de la ciudad, con el componente musical en común, permiten la interlocución y el entendimiento, ya no con los individuos, sino con unos grupos con dinámicas establecidas, prácticas compartidas, calendarios y pautas sociales”, tal como afirmaba Jordi Alomar, director del Museo de la Música, en una entrevista en el blog de la OAR.

Cada una de las actividades o sesiones ha tenido en el centro la exhibición de una práctica religiosa o espiritual en la que la música y el sonido tienen un rol protagonista, complementada con una conversación con personas expertas o pertenecientes a la comunidad. La temporada de primavera ha enmarcado tres sesiones durante los meses de abril y mayo: “Shawn Mativetsky: músicas del norte de la India”, “Cuncordu Codronzanesu: polifonías de tradición oral en Cerdeña” y “Pascua ortodoxa: las músicas de la Iglesia ortodoxa rumana”.

SHAWN MATIVETSKY. MÚSICAS DEL NORTE DE LA INDIA

El día 19 de abril Shawn Mativetsky ofreció una exhibición de tabla en la Sala Alícia de Larrocha de L’Auditori, dedicada a subrayar el vínculo entre la música y la espiritualidad que se establece en la cultura de la India. La sesión comenzó con una conversación entre Shyam Sunder, músico de sitar y bansuri, natural de Nueva Delhi, y Vignesh Melwani, artista escénico y agitador cultural barcelonés, autor del álbum experimental Improvisuals (2023), moderada por Horacio Curti, etnomusicólogo y profesor y coordinador del programa de músicas de Asia de la ESMUC. Los ponentes profundizaron en la significación de la música para la cultura de la India con referencias al marcado componente espiritual de su universo sonoro.

Shyam Sunder empezó explicando que la música en la India implica un destacado sentido de trascendencia que hunde sus raíces tanto en la teoría como en la práctica: “Para llegar a la música hay que partir del sonido, que es aquella semilla que, aplicando unas condiciones, crece como flor, planta o árbol y se hace música. Y los músicos deben ser capaces de cantar cada sonido antes de tocarlo”. Vignesh Melwani lo corroboraba y explicaba también que esta praxis se repite en las artes escénicas en la India: “En el tratado milenario indio de artes escénicas, Natya Shastra, existe una historia de alguien que quería aprender a actuar. Se le dice que si quiere aprender a actuar primero debe aprender a bailar. Si quiere aprender a bailar, primero debe saber tocar un instrumento.

Esta forma de entender la música es muy diferente de la que domina en el contexto occidental. Es por esta concepción de la práctica por lo que la música de la India es un vehículo para la catarsis. “La música y la estética indias tienen una base espiritual muy fuerte”, comentaba Melwani, “lo único que he encontrado igual a esta base es el duende gitano o, quizás, la espiritualidad de la que partían los artistas rusos del siglo XX como Kandinsky”. “Se trata”, continuó el músico, “de un proceso de búsqueda de una esencia muy pura“.

En este contexto, reflexionaba Sunder, el tabla es “una parte imprescindible, dos de las cuatro ruedas del coche que es la música india”. Se trata de una pareja de tambores, un membranófono de madera y un tambor de barro, con un amplísimo rango de sonoridades. De ahí que se hable de él como un “instrumento de percusión afinada”, explicaba Horacio Curti, “lo que quiere decir que, a pesar de ser un instrumento de percusión, permite dar una melodía diferente, aguda o grave”. Tras la conversación, se procedió a la exhibición musical de Shawn Mativetsky, que se aproximó, aprovechando su amplia experiencia y haciendo gala de las enseñanzas de su maestro, al solista Pandit Sharda Sahi, para ofrecer al público una perspectiva polifacética del instrumento, con solos tradicionales al estilo gharana de Benarés, desarrollado hace más de doscientos años por Pandit Ram Sahai (1780-1826), y con nuevas composiciones más experimentales. Formaron parte del repertorio del concierto las composiciones Tabla Solo in Teental, Generation Recall (2023), Everything is Broken (2023), Starfield (2024) y Tabla Solo in Rupaktaal.

Consulta la galería de imágenes de la actividad “Shawn Mativetsky: músicas del norte de la India” aquí.

Mira el vídeo de la conversación aquí y el de la exhibición aquí.

CUNCORDU CODRONZANESU: POLIFONÍAS DE TRADICIÓN ORAL EN CERDEÑA

Si la sesión del mes de abril se centró en la espiritualidad intrínseca del universo musical de la India, la actividad “Cuncordu Codronzanesu: polifonías de tradición oral en Cerdeña” hizo hincapié en la búsqueda activa de la divinidad a partir de la práctica del canto polifónico litúrgico del cristianismo católico sardo. Esta actividad tuvo lugar en dos sesiones y espacios diferentes.

El día 10 de mayo, en el Centro Artesano Tradicionàrius, tuvieron lugar la conversación previa de tipo reflexivo sobre esta práctica y una pequeña exhibición musical. En la conversación, centrada en las particularidades de los cánticos a cuncordu y su significación espiritual, participaron Lugiano Cossu y Luigi Betza, maestro tenor y barítono del grupo Su Cuncordu Codronzanesu, y Maria Antonietta Muggianu, cantante de origen sardo especializada en música antigua a través de la interpretación históricamente documentada. La moderación fue a cargo de Ester Llop, profesora de música y etnomusicóloga especializada en música oral y canto de los gozos.

La sesión quiso exponer las especificidades del canto a cuncordu, una práctica musical a capela de la isla de Cerdeña muy vinculada al culto católico. Se trata de una práctica que acompaña varias prácticas litúrgicas y paralitúrgicas o en forma de composiciones para misas con significaciones especiales. “Cuncordu significa ‘armonía’. De la música, sí, pero también del corazón, porque sin armonía en el corazón no puedes cantar a cuncordu“, explicaba Luigi Betza.

La armonía es esencial para un canto polifónico como este, en el que las cuatro voces masculinas (un tenor, un tenore-primo, un barítono y un bajo) “van siempre juntas, en la misma línea melódica”, señalaba Lugiano Cossu. De hecho, añadía Maria Antonietta Muggianu, el canto a cuncordu “está pensado al detalle, se mide la entonación, el volumen, la armonía… Sin embargo, al mismo tiempo, los cantantes se comunican de manera no verbal, porque no hay partitura y se tienen que ir equilibrando”. Por esta razón una de las particularidades de esta práctica es que “nunca es totalmente igual. Si cantamos diez veces una canción, será diferente las diez veces”.

De hecho, el canto a cuncordu se ha transmitido siempre de manera oral, desde su nacimiento, en el siglo XII, como una apropiación del cristianismo del canto a tenor profano sardo, hasta la actualidad. “Es el resultado del fuerte sentido de identidad de los sardos, una cultura que pervive en el tiempo a pesar de ser transmitida oralmente, con la especulación y la aleatoriedad en la evolución que esto puede conllevar”, comentaba Muggianu. Así, el canto a cuncordu ha llegado hasta nuestros días con variaciones, fruto también de un marcado regionalismo. Incluso hay localidades sardas donde llegó a desaparecer entre los años sesenta y noventa, y ha sido recuperado en la actualidad por conjuntos como Su Cuncordu Codronzanesu.

Este conjunto trabaja desde el 2009 para la reconstrucción del repertorio de la ya desaparecida Arciconfraternità di Santa Croce e del Rosario, de la localidad de Codronzanesu, de donde son los cuatro integrantes. Son una muestra del relevo generacional de la práctica que comentaba Muggianu. Porque “era un pecado perder nuestra tradición”, señalaba Betza, para quien el trabajo “no era solo recuperar el canto como tal, sino también toda la cultura y las tradiciones que se vinculan, que son cristianas pero con raíz profana”.

Su Cuncordu Codronzanesu fue el encargado de ofrecer las dos exhibiciones de esta sesión de “Trànsits”. Primero, la del día 10 de mayo, cuando después de la conversación el conjunto ofreció un cierre musical con un repertorio de carácter más seglar. Al día siguiente, en la cripta de la Sagrada Familia, Su Cuncordu Codronzanesu ofreció un concierto litúrgico completo.

Consulta la galería de imágenes de la actividad “Cuncordu Codronzanesu: polifonías de tradición oral en Cerdeña” aquí.

Los vídeos de la conversación y de la exhibición estarán disponibles en el blog de la OAR próximamente.

PASCUA ORTODOXA. LAS MÚSICAS DE LA IGLESIA ORTODOXA RUMANA

La última sesión de la segunda edición del ciclo “Trànsits” puso el foco en la Pascua ortodoxa rumana y sus prácticas sonoras litúrgicas. Se celebró, como la anterior, en dos días diferentes. El 16 de mayo tuvo lugar la conversación, en el Museo de la Música, y el 18 de mayo se celebró una misa abierta al público en la parroquia de Sant Jordi (Patriarcado de Rumanía), una de las catorce iglesias ortodoxas rumanas que hay en Cataluña, y la única de Barcelona.

En la conversación participaron el padre Stefan-Silvan Vintu Bunda, sacerdote del Patriarcado de Rumanía de la parroquia de Sant Jordi, Jordi Sacasas Segura, archivero y conservador de la basílica de Santa Maria del Pi de Barcelona, y Alejandro Mateo García, graduado en la ESMUC en violín histórico y musicólogo en formación, bautizado en el cristianismo ortodoxo de raíz rumana e interesado en el canto bizantino y su uso en la espiritualidad ortodoxa. Bezawerk Oliver Martínez, responsable del contacto con las comunidades cristianas de la Oficina de Asuntos Religiosos, moderó el espacio.

La sesión puso de manifiesto la preponderancia de la música en las prácticas litúrgicas ortodoxas, una herencia de la mística bizantina, en la que el canto y la música servían de vehículo para el culto y la transmisión espiritual y la trascendencia. La conversación comenzó con una contextualización por parte de Alejandro Mateo García sobre la estructura de la liturgia ortodoxa y el espacio que ocupan el canto bizantino y la musicología. El musicólogo mencionó que en la liturgia de San Juan Crisóstomo —que se pudo observar en la misa del sábado 18 de mayo— tienen lugar cuatro fases: el preludio, donde se reza por el bienestar y la guía de dios; la celebración de la palabra, donde se prepara a los y las creyentes para escuchar la sagrada escritura; la entonación de la epístola o lectura del día, entonada por el pastor, y la celebración eucarística. En todas estas fases la dimensión sonora oral es la protagonista, y puede tomar tres formas: el canto monofónico, la palabra entonada y la palabra hablada.

Esto último, para Mateo, implica beneficios importantes: “Cuando toda la liturgia es íntegramente cantada, la voz se proyecta mucho más, y las texturas musicales desarrolladas por la técnica bizantina favorecen la comprensión del texto, fijan las palabras en el espíritu y la mente y facilitan la asimilación del mensaje litúrgico”. Esta cuestión diferencia la música bizantina u ortodoxa de la católica, en la que hay una preferencia por la polifonía, que, según el ponente, “acaba por diluir el mensaje”.

Tras la contextualización de Mateo, él y el resto de ponentes compartieron un diálogo reflexivo sobre varias cuestiones relacionadas con el estrecho vínculo entre la música y las prácticas religiosas de las iglesias rumanas. Vintu reiteró las afirmaciones de Mateo y subrayó el importantísimo rol de la melodía en las liturgias ortodoxas: “La línea melódica es el alma que mueve el cuerpo, que es el texto. Para encontrar a Dios miramos dentro de nosotros, donde tenemos el alma, y el alma sale en la música”.

Sacasas encaró esta tendencia a las prácticas litúrgicas musicales católicas que han abandonado esta perspectiva de que la música es más que una experiencia estética, y que esta puede ser el vehículo hacia la divinidad: “A Dios no llegas por reflexión, sino por sensibilidad. Sea con pintura o con música, toda tradición religiosa entiende que la fe es una presencia emotiva, un sentimiento”. Vintu reflexionaba sobre que esta tendencia a la experiencia estética se ha mantenido viva y se refleja en las prácticas que hoy todavía desarrolla la tradición ortodoxa en sus liturgias. Porque “la ortodoxia tiene una tradición de evitar el cambio, de mantener. Ya que hacer adaptaciones es perder cosas”.

Las personas asistentes al oficio litúrgico abierto al público que tuvo lugar el sábado 18 de mayo por la mañana pudieron experimentar estas cuestiones en la celebración de la Pascua ortodoxa. Esta, como ha sido el caso este año, a menudo tiene lugar en semanas diferentes de la católica, ya que se rige por el calendario juliano.

Consulta la galería de imágenes de la actividad “Pascua ortodoxa” aquí.

Los vídeos de la conversación y de la exhibición estarán disponibles en el blog de la OAR próximamente.