¿El menosprecio por la salud y las conductas de riesgo sólo afecta a la propia persona?

La identidad masculina tradicional también tiene sus efectos en la salud de las demás personas y la sociedad en general. La masculinidad es un factor de riesgo para el propio hombre, pero también para:

Las mujeres (y niños y niñas): a través de varios tipos de violencia, agresiones sexuales, abuso de substancias inducido por los hombres, embarazos no deseados, ausencia de implicación en las tareas domésticas y de cuidado que sobrecargan a las mujeres, enfermedades de transmisión sexual, etc. De hecho, algunos autores afirman que las mujeres empeoran su salud cuando están en pareja y que, en cambio, los hombres la mejoran. También apuntan que los hombres separados o divorciados aumentan su riesgo físico y psicológico, lo que muestra la masculinidad como sinergia negativa para la salud de las mujeres.

Otros hombres: los riesgos de salud para otros hombres a menudo están relacionados con la violencia masculina y la socialización de género. Hay que tener en cuenta que la construcción de la masculinidad hegemónica se basa en las relaciones de poder y de jerarquía entre los hombres, que se manifiestan en la burla, el insulto, el poner a prueba, la confrontación, la competitividad, la presión y la violencia.

La salud de los hombres se ve afectada por la alta tasa de homicidios y delitos violentos que cometen los hombres (la mayoría de veces la víctima es otro hombre), las peleas, la violencia en el deporte, la competitividad temeraria, la violencia juvenil, la homofobia, las guerras y, en definitiva, todas las formas de violencia entre los hombres.