Recomendaciones específicas
Aspectos metodológicos del trabajo en masculinidades
Recomendaciones específicas para trabajar con hombres por la equidad
- Reconocer tanto las similitudes como las diversidades en las vidas de los hombres en función de la clase social, la etnia, la orientación sexual, la edad y otros factores que influyen en la construcción de las identidades masculinas, las prácticas de vida y el nivel de privilegio que tienen diferentes colectivos de hombres.
- Basarse en la convicción que los hombres pueden cambiar, enviando un mensaje positivo y esperanzador a las personas participantes. Dirigirse a ellos como parte de la solución más que como parte del problema, utilizando un lenguaje desde la responsabilidad (personal y colectiva) por el cambio más que un lenguaje de la culpa por las desigualdades existentes, que suele crear posiciones defensivas y de rechazo que paralizan y dificultan el cambio.
- Utilizar un lenguaje, una metodología y unos contenidos basados en la experiencia, las preocupaciones y los intereses de los hombres, adaptados al contexto y a la cultura locales.
- Destacar los beneficios que los hombres pueden obtener con la equidad de género, tanto para su bienestar personal como para sus relaciones, sus comunidades y la sociedad en general, sin olvidar los principios éticos de la justicia social y sin dejar de hablar de la necesidad de renunciar a ciertos privilegios y cuotas de poder.
- Facilitar que los participantes hablen en primera persona desde sus experiencias y sus sentimientos (“yo siento”, “yo creo”, “a mi me pasa”, etc.). Esto es especialmente relevante en los hombres, dadas las dificultades para identificar y expresar sus emociones. Por esto será fundamental que la persona dinamizadora pregunte cómo se sienten con cada actividad.
- Promover espacios seguros, de confianza y basados en la confidencialidad para facilitar que los hombres puedan expresarse con libertad, tanto en el terreno cognitivo como en el terreno emocional, a partir de sus experiencias vitales.
- En la medida de lo posible, se recomienda reducir las posibles barreras a la participación de los hombres. Por ejemplo, tener en cuenta el espacio donde se realiza (¿es un espacio frecuentado normalmente por hombres?) o la fecha y la hora en que se realiza la actividad, teniendo en cuenta el contexto laboral o escolar u otros acontecimientos que pueden afectar su participación.
- Ser conscientes y estar preparados/as para abordar reacciones defensivas y resistencias por parte de algunos hombres, que pueden dificultar su implicación y participación en las actividades propuestas.
- Intervenir de forma intensiva a todos los niveles (cognitivo, afectivo y conductual) para conseguir un cambio sostenido tanto en valores y actitudes como en las acciones de los hombres.
- Es importante definir acciones concretas y alcanzables que los hombres puedan hacer en su vida cotidiana hacia la equidad, entrenar las habilidades necesarias para desarrollarlas y motivarles a hacerlo.