Este árbol es protagonista presencial de toda la evolución del barrio desde que en 1929 alguien la plantó en un entorno que entonces era un campo de cultivo

En la plaza de Sant Pol de Mar reside la morera más grande de Barcelona. El perímetro del tronco mide más de 3 metros, y la altura y la copa superan los 20, datos monumentales para la especie y motivo por el que fue catalogado en 1994.

Se trata de un ejemplar de Morus alba que en 1929 alguien plantó en un espacio donde sólo había huertos. Por tanto, ha sido testigo directo de los grandes cambios del Bon Pastor en el último siglo, que ha ido creciendo bajo su impresionante presencia. Por eso su alcorque es especial, tal y como corresponde a un vecino honorífico.

Las moreras, y la seda

Los árabes introdujeron el oficio de la seda en Europa en el siglo VIII a través de la península Ibérica, y junto con las gusanos viajaban también las moreras blancas, una especie de árbol originaria de China que se introducía allí donde lo hacían los gusanos por ser su alimento básico.

El cultivo de moreras fue masivo del siglo XVI al XVIII, pero en 1848 lo detuvo la pebrina, una enfermedad letal para los gusanos y los árboles. La industria no reavivó hasta finales del siglo XIX cuando Louis Pasteur puso fin a la epidemia, y esta morera es heredera de ese episodio.

De China al Besòs

Las moreras blancas llegaron de China a Europa gracias a los árabes, que exportaron a todo el mundo el arte de tejer la seda, y la especie se ha encontrado tan cómoda en el clima mediterráneo que ya puede considerarse como propia. Como muestra, esta morera monumental, incorporada en el catálogo de la ciudad por sus extraordinarias dimensiones.