Barracas del Camp de la Bota con el castillo de fondo 1950 aprox desconocido
Barracas La Perona .1980.
Tranvía por la calle Rogent (1969)
Fiesta de los Tres Tombs pasando por

Sant Martí era un territorio amplio casi deshabitado, situado a las afueras de la muralla de Barcelona. Se extendía desde el norte hasta el río Besòs y desde el mar hasta la montaña del Carmel. En aquellos tiempos, la línea de la costa estaba más atrasada, y gran parte de lo que ahora son los barrios del Poblenou y el Besòs o bien eran marismas insalubres, o bien pantanos y lagunas, que constituían una prolongación natural del delta del río Besòs. Es así como a lo largo de los siglos, con el retroceso de la línea de costa y la acción humana, su superficie aumentó hasta convertirse en uno de los pueblos más extensos del llano de Barcelona.

Los orígenes de un pueblo pequeño y un hábitat disperso

El origen etimológico de Provençals se remonta a la época del dominio romano sobre el llano de Barcelona. Los romanos denominaban ager provincialis las tierras de labranza próximas a sus colonias, destinadas a proveer de alimentos a la ciudad. La construcción de una capilla románica consagrada a san Martín de Tours acabó de formar el nombre de Sant Martí de Provençals. A su alrededor, se constituyó una sagrera, se edificaron algunas masías y se formó un conjunto que durante siglos fue el único punto de referencia de población de Sant Martí.

El paso de núcleo rural a pueblo industrial y obrero

El comienzo de la industria en Sant Martí se produjo a raíz de la prohibición, en 1846, del Ayuntamiento de Barcelona de construir más fábricas en el interior de la ciudad amurallada. Así, las fábricas de tejidos se instalaron en el Clot, la Sagrera y, mayoritariamente, en el barrio del Taulat, aprovechando la buena situación de tierras llanas y ricas en agua subterránea en el Poblenou.