Las restricciones y los cambios en la movilidad provocados por la pandemia de COVID-19 supusieron una mejora sin precedentes de la calidad del aire en Barcelona en el año 2020, según el último informe de la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB). El documento recoge los beneficios para la salud que supondría la reducción permanente hacia los niveles de polución del año pasado: 300 casos anuales menos de asma infantil (19 %) y unos 50 casos menos de cáncer de pulmón (5 %).
Eso ha provocado que, por primera vez, se cumplieran en todas las estaciones de vigilancia de la ciudad los niveles guía establecidos por la OMS y el valor límite anual marcado por la UE con respecto al dióxido de carbono (NO2). Este contaminante está muy relacionado con las emisiones del tráfico y es el que ha tenido un descenso más destacado. Las partículas, como las PM2,5, han tenido una bajada también significativa, pero inferior que la del dióxido.
La reducción ha sido desigual según los distritos. El de L’Eixample sigue encabezando la media de NO2 ponderada por población, pero también es el que ha registrado una caída más pronunciada. En el otro extremo está el distrito de Nou Barris, que es el que menos NO2 ha registrado. En cuanto a la media de las partículas PM2,5 ponderada por población, es el distrito de Sant Martí el que lidera el ranquin, mientras que Ciutat Vella se sitúa a la cola. El informe también analiza el impacto de la contaminación en los centros escolares, y en este caso las diferencias no difieren de la media, ya que las escuelas de L’Eixample son las que registran niveles más elevados de dióxido.
Recomendaciones para mejorar la calidad del aire
El documento subraya que la exposición crónica a niveles altos de contaminación está relacionada con un importante impacto en la salud de las personas tanto por la carga de enfermedades como por la mortalidad, y es por eso por lo que establece unas recomendaciones para mejorar la calidad del aire:
- Evitar volver a la movilidad motorizada de los niveles prepandemia, favoreciendo la proximidad en los desplazamientos cotidianos, el teletrabajo y el transporte público y revisando el modelo turístico de la ciudad.
- Seguir mejorando la movilidad y el diseño urbano con medidas que reduzcan el uso del vehículo motorizado privado, y potenciar las zonas de bajas emisiones y la pacificación de las calles.
- Sumar nuevas medidas que supongan la reducción global del tráfico.
- Reducir otras fuentes de emisión de partículas, como la logística de los vehículos de transporte urbano de mercancías diésel y antiguos, la actividad portuaria y las actividades generadoras de partículas como el amonio, provenientes de las explotaciones ganaderas.
Consulta aquí el informe completo «Evaluación de la calidad del aire en la ciudad de Barcelona».