Cada vez son más las tortugas que nidifican en el Mediterráneo occidental, un fenómeno reciente que responde a la adaptación de los animales al calentamiento de las zonas de puesta tradicionales y que ha despertado el interés del mundo científico para poder trazar estrategias de conservación de la especie.
Un hecho insólito
En el caso de Barcelona fue en julio del 2020 cuando un grupo de jóvenes oyeron unos ruidos extraños en una zona de obras y, al acercarse, vieron a una tortuga de grandes dimensiones moviendo y sacudiendo arena de manera muy vistosa. Avisaron a los expertos y al día siguiente pudieron identificar el nido, el primero que se documenta en la ciudad. De los 77 huevos que puso la tortuga nacieron 72 tortuguitas, el 90 % de las cuales han podido ir al mar: un éxito dada la elevada mortalidad de esta especie.
A la liberación, cerrada al público por las circunstancias sanitarias, han asistido representantes de la Generalitat de Catalunya, el CRAM, el CT BETA de la Universidad de Vic–Universidad Central de Cataluña (UVic-UCC), el Zoo de Barcelona, el Ayuntamiento de Barcelona y las entidades que gestionaron el más de medio millar de voluntarios que participaron en la custodia del nido, coordinados por el Centro de la Playa: Anèl·lides, Ocean52, Oceanogami, No Mas Colillas y WWF.
Como todavía estamos a media temporada de cría, hay que recordar que en caso de ver tortugas en la playa no se tienen que molestar y hay que llamar inmediatamente al 112.