Con estas estructuras, denominadas biohuts, se espera favorecer la presencia y el desarrollo de peces jóvenes, habituales en espacios portuarios. Se han dispuesto a lo largo del dique de abrigo y en el muelle de Marina, y tienen espacios de refugio contra depredadores creados con caparazones irregulares de moluscos que, al mismo tiempo, aportan recursos alimentarios para las especies que se acerquen.
El proyecto se suma a la estrategia de ambientalización que se está llevando a cabo en colaboración con el Zoo de Barcelona. Hay más de 5.000 biohuts distribuidos en las costas europeas, y se han observado más de 500 especies.