El Ayuntamiento de Barcelona impulsa una nueva Medida de gobierno para promover el uso saludable de las pantallas en la infancia y adolescencia. La medida, consensuada con todos los agentes implicados, parte de la necesidad de dar respuesta a los retos que plantea el uso de los dispositivos digitales y constituye un compromiso firme con la salud, el bienestar y el desarrollo integral de los colectivos de niños, niñas y adolescentes de la ciudad, teniendo también en cuenta la responsabilidad y el modelo que representan las personas adultas en este contexto.
El objetivo principal es la mejora y la garantía del bienestar de niños, niñas y jóvenes en su relación con el uso de las tecnologías digitales, para reducir los impactos negativos y favorecer su bienestar. Para conseguirlo, la medida propone un plan de 51 acciones para desarrollar en los próximos cuatro años centradas en tres ámbitos de acción prioritarios: prevención del acceso prematuro, prevención del uso excesivo y de las adicciones, y prevención del acceso a contenidos inadecuados y del ciberacoso. Al mismo tiempo, se incorporan medidas de prevención y se pone el acento especialmente en la capacitación de niños, niñas, adolescentes, familias y profesionales, la promoción de actividades alternativas al uso de dispositivos digitales y el acompañamiento y atención a los usos problemáticos. Con el fin de llevar a cabo todas estas acciones, se prevé un presupuesto anual de 1,5 millones de euros durante los próximos cuatro años.
Según se recoge en el texto, en los últimos años ha habido un aumento muy significativo del tiempo que niños, niñas, adolescentes y jóvenes pasan en internet. Con datos del año 2021, un 47 % del colectivo infantil de la ciudad de entre 10 y 11 años disponía de un teléfono móvil propio con conexión en internet; de este porcentaje, el 42 % no tenía ningún tipo de limitación del tiempo de uso. Además, un 75 % aseguraba que le resultaba difícil dejar de utilizarlo. En lo relativo a jóvenes de entre 13 y 19 años, también según datos del 2021, se mostraba que el tiempo diario de uso de pantallas era de 4 horas en chicas y 3,3 en chicos entre semana y fuera del horario lectivo, y de 5,4 y 4,5 horas respectivamente durante los fines de semana. Además, tres de cada cuatro adolescentes declaraba no tener ningún límite de tiempo en el uso del móvil, siete de cada diez cenan, siempre o casi siempre, delante de una pantalla, y el 76 % de los chicos y el 85,7 % de las chicas decían utilizar siempre el móvil antes de ir a dormir. Las chicas presentaban un mayor uso problemático de internet (el 45,1 % versus el 33,4 % de los chicos), mientras que en los chicos el conflicto tendía a ser con el juego con dinero (el 5,9 % versus el 1,1 % de las chicas). Además, una de cada cuatro chicas declaraba haber sufrido maltrato por internet.
Estos datos, junto con la alerta de los efectos nocivos que puede provocar el uso inadecuado de la tecnología, como alteraciones cognitivas, problemas de salud relacionados con hábitos alimentarios o de salud mental y malestar emocional, o el riesgo de sufrir adicciones en los dispositivos móviles, han sido determinantes para impulsar el proceso participativo que ha tenido como resultado esta Medida de gobierno.
En este proceso ha sido fundamental la Mesa de Salud Mental de Barcelona, que constituyó el grupo promotor para el Bienestar Digital formado por miembros de la propia Mesa y personas expertas implicadas en el abordaje de las consecuencias del uso inadecuado de los dispositivos digitales en niños, niñas y jóvenes, así como el movimiento de familias. Un total de 57 personas, tanto del ámbito municipal como de otras administraciones y entidades, han participado en las sesiones de trabajo para diseñar el plan de acción. Además, en el plenario de febrero, el Ayuntamiento declaró las redes sociales como un problema de salud pública.
Por este motivo, la medida recoge especialmente la atención a la primera infancia e incorpora acciones para la prevención del acceso prematuro. Además, destaca la tarea colaborativa en el diseño y la implementación de intervenciones, y el trabajo para combatir las desigualdades, para asegurar que llegue a todos los barrios de la ciudad, con una atención especial a los colectivos que pueden estar más expuestos a vulnerabilidades sociales.
El plan de acciones de la medida de bienestar digital se organiza en tres líneas de intervención. La primera de ellas tiene como objetivo promover el uso crítico y saludable de las tecnologías digitales en niños, niñas y adolescentes y potenciar recursos, acciones y programas educativos para familias y personal educador. En este punto destaca la creación de un nuevo programa para formar referentes en educación digital en los espacios comunitarios y educativos, que actuarán como personas mediadoras digitales para niños, niñas, jóvenes, familias y profesionales. En esta línea de intervención también destacan acciones como talleres preventivos o sobre seguridad digital, por ejemplo el proyecto “Pantallas seguras”, que imparte la GUB en el ciclo superior de educación primaria y el ciclo inicial de ESO para prevenir sobre los riesgos presentes en las redes sociales. También se incluye un refuerzo en la oferta de formación al profesorado relacionada con el uso de pantallas, entre otros. Asimismo, desde la ASPB se están revisando diferentes programas de promoción de la salud para incluir acciones y medidas dirigidas al bienestar digital de niños, niñas, adolescentes y jóvenes.
La segunda línea trabaja para fomentar actividades de ocio alternativas que promuevan la interacción entre iguales, la actividad física y el conocimiento del entorno. Uno de los principales objetivos es reforzar programas de ocio saludable, sobre todo en zonas de elevada vulnerabilidad, como sería la promoción del programa de extraescolares “Tardes educativas”, las sesiones de lectura “Nacidos para leer” o varias intervenciones del programa Barcelona Salud en los Barrios de la ASPB, que ofrecen alternativas de ocio saludable dirigidas a jóvenes y adolescentes.
Con respecto a la última línea de intervención, la medida quiere conseguir posicionar el uso problemático de pantallas como un reto de salud pública y abordarlo desde los diferentes tipos de servicios existentes, espacios de trabajo en red y administraciones reguladoras. En este sentido, las acciones contemplan una campaña de sensibilización ciudadana, incorporar la prevención y detección de problemáticas relacionadas con el uso de pantallas en las revisiones pediátricas, promover espacios o momentos libres de móviles en equipamientos públicos y mantener e impulsar el Servicio de Orientación sobre Drogas como un servicio de asesoramiento, atención y orientación para familias, adolescentes y jóvenes hasta 21 años que hagan un uso excesivo o inapropiado de las tecnologías. Asimismo, con el fin de abordar uno de los usos problemáticos de las pantallas como es el acceso al juego en línea, la ASPB ha diseñado un programa, “Cara y cruz”, que además de una línea de trabajo para los institutos en 4.º de ESO incorpora también una guía para familias y una formación para personas que trabajan en equipamientos juveniles.