Esta medida llega después de un periodo de dos meses durante los cuales los cuatro radares han estado enviando avisos a los conductores para recordarles la obligatoriedad de cumplir el límite de velocidad, pero sin multarlos.
Los nuevos radares de tramo están instalados en las siguientes ubicaciones:
• Túnel de la Rovira: cubre el tramo comprendido entre la plaza de Alfons el Savi y la rambla del Carmel, en ambos sentidos. Velocidad máxima permitida: 60 km/h.
• Túnel de Badal: cubre el tramo comprendido entre la plaza de Cerdà y la avenida Diagonal, en ambos sentidos. Velocidad máxima permitida: 60 km/h.
• Ronda del Litoral: cubre el tramo del ámbito de los tres túneles de Colom, el Moll de la Fusta y el Pla de Palau, en ambos sentidos. Velocidad máxima permitida: 60 km/h.
• Túnel de las Glòries: cubre todo el túnel, en ambos sentidos. Velocidad máxima permitida: 50 km/h.
¿Qué es un radar de tramo?
La diferencia principal entre los radares de tramo y los radares clásicos es que estos últimos controlan la velocidad en un punto determinado, mientras que los de tramo incorporan una tecnología de cámaras y lectura de matrículas que permite calcular la velocidad media a la que ha circulado un vehículo en todo el ámbito que se controla. De esta manera el sistema identifica los vehículos que superan el límite de velocidad de manera continuada.
Además, el radar de tramo permite estudiar los movimientos y los flujos circulatorios y obtener datos para poder hacer análisis de movilidad.
Una perspectiva transversal
Para reducir la accidentalidad, el Ayuntamiento trabaja de manera transversal para aplicar políticas y medidas concretas. Por una parte, se están activando iniciativas para la concienciación de la ciudadanía y, por la otra, se impulsan acciones específicas que permitan incidir en las conductas de riesgo y reducirlas.
En concreto, en el ámbito de la velocidad, el Gobierno municipal quiere avanzar para consolidar Barcelona como ciudad 30 y garantizar el cumplimiento de los límites establecidos.
En este contexto, ha hecho una apuesta para dotarse de un sistema de control automático de los excesos de velocidad a través de una red de radares en el interior de la ciudad. La medida responde a los objetivos que marcan el Plan de movilidad urbana (PMU) 2024 y el Plan local de seguridad vial de Barcelona 2019-2022.