El vecindario del Maresme toma el nombre de la calle en la que se construyó una promoción privada de viviendas formada por once edificios calcados de ocho pisos de altura

El grupo de viviendas del Maresme y el polígono del Suroeste del Besòs se construyeron al mismo tiempo en terrenos que entonces eran de cultivo. Iniciado en 1954, el del Maresme constaba de once bloques de ocho plantas alineados como fichas de dominó entre la rambla de Prim y la calle del Maresme, de la que tomó el nombre.

Sin embargo, entre ambas promociones hay diferencias significativas. La principal es que ésta era de iniciativa privada y eso hizo más cruda la ambición especulativa. Por ejemplo, no se previó ningún espacio de recreo ni ningún equipamiento, y se limitó a la mera construcción de bloques en paralelo, miméticos, con la mínima urbanización imprescindible.

Dos entornos, un barrio

El barrio del Besòs i el Maresme es, de hecho, la federación de dos entornos urbanos construidos simultáneamente a ambos lados de la antigua riera de Horta a través de la cual ambos polígonos se miraban de frente. Al ser urbanizada en los noventa para hacer la actual rambla de Prim, la riera adoptó el formato de un amplio bulevar que cosió social y urbanísticamente una y otra parte y cohesionó el entorno vecinal común de hoy en día.

Un remanso de paz

Un poco escondido, como camuflado por los árboles, existe un conjunto urbano que ha logrado sobrevivir a la especulación, un rincón mágico formado por las calles y pasajes Foret, Auger y Jubany que se ha preservado milagrosamente. Este pequeño reducto de casitas unifamiliares se hizo en los años veinte y treinta en lo que entonces eran campos de cultivo, y ahora forman un peculiar espacio de paz.