El transcurso del antiguo camino Ral, ahora calle Pere IV, se caracterizaba por el alineamiento de árboles que daban sombra, a los que pertenecen estos cuatro ejemplares

Entre la calle de Fluvià y la rambla de Prim, el eje Pere IV conserva el aspecto de carretera, y en el punto en el que se encuentra con la rambla Prim se pueden contemplar un buen número de plátanos de aspecto monumental.

Se trata de los árboles que marcaban el recorrido del antiguo camino Ral que llevaba de Barcelona a Mataró, más tarde llamada carretera de Mataró, y actualmente, calle Pere IV. El origen del vial es muy anterior, pero en 1763 ya se diseñó la primera carretera de gran capacidad sobre el antiguo camino Ral que potenciaba la conectividad social y comercial entre estos dos polos industriales.

Caminos transitados, paseos de sombra

Las comunicaciones terrestres entonces tenían velocidades medias que podían hacer algo más insufribles las horas bajo el sol, por lo que una real orden de 1852 prescribía que todos los accesos a pueblos y ciudades del Estado español debían ser debidamente vestidos por filas de árboles.

Fue entonces cuando la carretera de Mataró se cubrió con decenas de plátanos de sombra alineados uno tras otro, aunque en las últimas décadas han quedado reducidos a la mínima expresión. Los cuatro plátanos de este cruce fueron plantados en 1903, y con copas de 16 metros y troncos de casi 4 metros, figuran entre los árboles urbanos más altos de Barcelona. Esto ha provocado su incorporación al catálogo barcelonés de árboles de interés local.

Árbol sufrido, árbol querido

El plátano es uno de los árboles más utilizados en el medio urbano en el sur de Europa. Se trata de una especie híbrida surgida en el siglo XVII, de la que destaca el carácter de adaptación a las condiciones adversas de la ciudad: contaminación, podas, sustratos deficientes, etc. La denominación técnica es Platanus x acerifolia, pero comúnmente se conocen como plátanos de sombra.