Motivo
La veneración de san Ángel Custodio en Barcelona viene de mucho tiempo atrás, y la relación más antigua se sitúa lejos de Hostafrancs. La leyenda cuenta que en el siglo XV a san Vicente Ferrer se le apareció un ángel cuando se disponía a entrar en Barcelona. Ocurrió justo delante de la puerta amurallada de los Orbs, y el ángel le explicó que guardaba la ciudad por orden del Altísimo. A partir de aquel momento la puerta pasó a llamarse Portal de l’Àngel y se erigió un pequeño altar en el lugar.
En el siglo XIX, cuando se derribó la muralla, la figura de san Ángel Custodio se trasladó a Hostafrancs, donde se le construyó una capilla. El culto popular siguió al santo hasta el nuevo emplazamiento y, por lo tanto, trasladó hasta Hostafrancs la veneración y los ritos que antes se llevaban a cabo en el Portal de l’Àngel.
Orígenes
El traslado de la figura de san Ángel Custodio desde el centro de la ciudad hasta Hostafrancs desplazó el culto popular al santo. Eso incluía la costumbre de reunirse cerca de la capilla cada primero de octubre para comer granadas y castañas. Según parece, este rito servía a los antiguos barceloneses para dar la bienvenida al otoño. La incipiente fiesta mayor se reforzó unos cuantos años más tarde, en 1879, cuando se otorgó a la iglesia de Sant Àngel Custodi la condición de parroquia, desvinculada de Santa Maria de Sants.
Actos destacados
- Baile de rams. En 1995, el Esbart Ciutat Comtal decidió recuperar el desaparecido baile de rams del barrio. Es una danza de calle abierta a la participación que se baila por parejas y, tal como indica el nombre, las danzantes llevan un ramo de flores, además de un abanico. Generalmente, la Cobla Ciutat de Barcelona se encarga del acompañamiento musical.
- Baile de diables. Hay documentación que habla de la existencia de un baile de diables clásico en el barrio a principios del siglo XIX, pero indica que más adelante desapareció. Inspirándose en ese precedente, en el 2009 el grupo de fuego Guspires de Sants creó un espectáculo de pirotecnia, danza, música y tambores. Sin embargo, en esta versión del baile, además de los diables, también participaron otros elementos de imaginería festiva del barrio, como los gigantes o los miembros del esbart.
- Fira de la Magrana. Uno de los elementos más distintivos de la fiesta es la antigua costumbre de desplazarse hasta la capilla para comer frutas de otoño, sobre todo granadas y castañas. Con el paso del tiempo, este grupo improvisado atrajo a todo tipo de vendedores ambulantes, y hoy en día se mantiene en formato de mercado medieval. El domingo de fiesta mayor se lleva a cabo una bendición de granadas.
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