Colònia Castells

El proceso impulsado por el Distrito de Les Corts para reconducir el proyecto de la Colònia Castells ha servido de prueba piloto para crear un nuevo modelo de actuación municipal en procesos de transformación urbanística de estas características, que afectan a familias y a sus viviendas.

El Gobierno municipal decidió iniciar un proceso de diagnosis, aunque la transformación de la Colònia Castells se encontraba ya a la mitad del desarrollo del planeamiento, porque detectó que debían reforzarse los flujos de información y aumentar la representatividad de los espacios de decisión, y hacer que todos los vecinos afectados se pudieran sentir más partícipes de la transformación.

Por este motivo, se encargó una diagnosis completa, realizada desde una perspectiva más humana y humanizadora, pero también con la voluntad de recoger datos que pudieran mostrar cuál era la situación social y residencial de las familias afectadas, sobre todo de las que todavía estaban pendientes de resolver su situación en este ámbito. Con este trabajo previo a la toma de nuevas decisiones, el Gobierno municipal quiso poner a las personas en el centro del proceso urbanístico.

La diagnosis mostró, entre otras cosas, que el perfil de la población afectada es mayoritariamente una población envejecida: la media de edad es de 69 años.

La diagnosis, que se llevó a cabo mediante trabajo de campo entre los meses de noviembre y diciembre del 2015, también puso de manifiesto que, durante la ejecución del proyecto de la Colònia Castells, las familias que habitan en las viviendas con condiciones más precarias eran las que quedaban para la última fase de la transformación (la antigua tercera fase), mientras que las familias que habitan en viviendas en mejores condiciones eran las que estaban a punto de ser reubicadas (en la segunda fase antigua).

Este hecho motivó la propuesta del cambio de fases, que finalmente ha sido avalada a través de una votación representativa directa por parte de los vecinos de la zona afectada.