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Exposición: "40 años de ayuntamientos democráticos"

El nuevo nomenclátor

La Barcelona democrática también tenía que visualizarse a pie de calle y un elemento fundamental para estos nuevos aires fue el cambio del nomenclátor municipal. De la castellanización e imposición de referentes ajenos a la memoria y tradición de la mayoría de los vecinos, que había implantado el franquismo, se pasó a la catalanización y la recuperación de las denominaciones populares de plazas y calles. 

A propuesta del Consejo Municipal del Distrito de Gràcia, se aprobó el cambio de nombres de calles tan emblemáticas como la calle Gran de Gràcia, que dejó de denominarse Major de Gràcia, o la plaza del Raspall, que hasta entonces se llamaba plaza de Santa Joaquina de Vedruna. Otras calles que cambiaron de nombre fueron la calle del Inmaculado Corazón de María, que pasó a llamarse calle del Lliri, o el paseo del General Mola, el actual paseo de Sant Joan.