La democratización del espacio público
La democratización no solo debía abarcar las instituciones, sino también el espacio público. Las reivindicaciones populares para conseguir un urbanismo a la medida de las personas y la recuperación de la personalidad histórica del antiguo municipio de Sants eran algunas de las demandas que el Ayuntamiento estaba en disposición de satisfacer.
El nuevo Consistorio aspiraba a un urbanismo adaptado a las personas que permitiera recuperar el derecho a la ciudad. Los extremos más agresivos del Plan general metropolitano (1976), que preveían derribar viviendas en Hostafrancs para construir vías de tránsito rodado desde la plaza de Espanya, se rescindieron. También se negoció con Renfe la conversión de los alrededores de la estación de Sants en una plaza de uso público.
La nueva plaza de los Països Catalans, con un diseño innovador formado por grandes estructuras “duras” de metal, mármol y granito, fue merecedora del premio FAD en 1984. Sin embargo, suscitó críticas vecinales por su construcción gris, su falta de zonas de sombra y las barreras arquitectónicas que la desconectaban de otros espacios adyacentes. El Ayuntamiento esquivó las críticas alegando que la plaza sería de uso preferente para los viajeros y que el vecindario pronto dispondría de otros espacios y equipamientos más adecuados para sus necesidades.
La plaza de los Països Catalans, delante de la estación de Sants, fue inaugurada el 7 de junio de 1983 por el alcalde, Pasqual Maragall (autor desconocido, AMDS).