El 1979 fue, en muchos aspectos, el año cero para Nou Barris. El distrito tenía los mayores déficits de la ciudad y, por eso, atrajo también la atención de las nuevas autoridades municipales. Las demandas populares, largamente reivindicadas, encontraron en el nuevo contexto democrático la oportunidad de cumplirse.

Los objetivos prioritarios del nuevo ayuntamiento democrático eran la humanización de la ciudad, la reforma administrativa y la ordenación de la región metropolitana. Se dedicó una gran atención al objetivo clave del mandato: la descentralización del poder municipal vinculada a una mayor participación ciudadana.

El Distrito IX, que representaba alrededor del 20 % de los habitantes de Barcelona y más de trescientos mil electores, englobaba los barrios que más habían crecido en población durante los años de urbanización masiva: Sant Andreu, el Bon Pastor, el Verdun, la Trinitat y Ciutat Meridiana.

El PSC obtuvo sus mejores resultados a nivel de ciudad en el Distrito IX, con el 40,5 % de los votos y seis concejales. Le seguía el PSUC, con el 26,1 % y cuatro concejales, con lo que también conseguía su máximo electoral. Muy por detrás quedaban CC-UCD (11,9 % y un concejal), CiU (10,6 % y un concejal), ERC (4,2 % y un concejal) y dos partidos menores que se hicieron con los dos últimos concejales, el Partit del Treball de Catalunya y los Comunistes.