Reavivar la ciudad
Con la crisis económica de los años setenta, la desindustrialización de Barcelona se aceleró. La falta de equipamientos en la ciudad propició que las antiguas fábricas se convirtieran en objeto de demandas vecinales, para ubicar en estas nuevos equipamientos.
El Distrito IX era el único de Barcelona sin instituto. Cuando Harry Walker —convertida en símbolo del radicalismo obrero durante el franquismo— cerró sus instalaciones, las asociaciones vecinales reivindicaron el espacio para ubicar en este un instituto, que se instaló en barracones en 1976.
El primer ayuntamiento democrático inició la construcción de las instalaciones escolares y en 1983, finalmente, se inauguró el Instituto Sant Andreu.
Durante este primer mandato se trabajó intensamente en la atención ciudadana, lo que explica la inauguración de dos importantes equipamientos sociales para el barrio: el Centro de Servicios Sociales Pau Casals y la Biblioteca Popular de Roquetes, inaugurada en 1982, gracias a un convenio con la Diputación de Barcelona.
Cimientos sobre los que se construyó el Instituto Sant Andreu (autor desconocido, Archivo Histórico de Roquetes-Nou Barris)
Niño con un adhesivo reivindicando la instalación de un instituto en el espacio de la antigua Harry Walker (autor: Kim Manresa, Archivo Histórico de Roquetes-Nou Barris)
Visita del alcalde, Pasqual Maragall, al Centro de Servicios Sociales Pau Casals, inaugurado en 1983 en el barrio de la Guineueta (autor desconocido, AMDNB)