¿Qué es la procesionaria del pino?
La procesionaria del pino (“Thaumetopoea pityocampa”) es un insecto lepidóptero —una mariposa— fácil de identificar porque hace bolsas de hilos sedosos en las ramas de los pinos. También puede detectarse su presencia por las procesiones de orugas que se desplazan por el suelo y que le dan su característico nombre.
Durante el invierno, las orugas forman bolsas en las ramas de los pinos y suelen salir durante la noche para alimentarse de las hojas. Generalmente, la procesionaria baja del árbol durante los meses de febrero y marzo, pero, como consecuencia del cambio climático, este periodo puede adelantarse a diciembre. Una vez en el suelo, las orugas buscan lugares donde enterrarse para formar los capullos que les permitirán convertirse en mariposas. Así pues, durante estos meses pueden verse las denominadas “procesiones”.
¿Es peligrosa?
Los pelos de esta oruga, denominados “tricomas”, pueden provocar molestias y problemas de salud en personas y animales, sobre todo en perros.
Los efectos pueden ser irritación de nariz y ojos o reacciones alérgicas. En el caso de los animales, estos pelos pueden producirles inflamaciones en los párpados o la nariz. Si el animal se acerca más de la cuenta a las orugas o se las come, podría llegar a sufrir inflamaciones en la boca, asfixia o pérdida de la lengua y los labios, en los casos más graves.
Siempre que se detecta la presencia de procesionaria en una zona, Parques y Jardines coloca carteles informativos que indican la necesidad de vigilar a los niños y a las mascotas para que no entren en contacto con la plaga y evitar así posibles reacciones alérgicas. Paralelamente, el equipo cuenta con un plan especial para tratar la plaga y reducir la presencia de procesionaria en la ciudad.
¿Cómo se trata esta plaga?
La gestión de tratamientos fitosanitarios del Ayuntamiento da prioridad a las prácticas y a los productos que generan menos riesgos para la salud humana y el medio ambiente, y solo se utilizan los métodos químicos como último recurso y con el compromiso de buscar alternativas ecológicas.
El Instituto Municipal de Parques y Jardines de Barcelona clasifica las plagas y enfermedades en tres grupos, dependiendo del daño que provocan. La procesionaria forma parte del grupo A, que comprende aquellas que representan un riesgo para la seguridad o la salud de la ciudadanía y para la biodiversidad urbana. En estos casos, se actúa de manera inmediata con el fin de eliminar la plaga con la mayor rapidez posible y se utilizan métodos químicos mientras no se tengan métodos alternativos aprobados que se consideren efectivos.
La campaña contra la procesionaria del pino se divide en dos tipos de actuaciones atendiendo al ciclo biológico del insecto: tratamientos preventivos, que se realizan en otoño, y actuaciones curativas, que se hacen en invierno.
Los tratamientos preventivos se realizan en los pinos de las zonas ajardinadas y en algunos cedros, ya que la procesionaria puede afectar también a esta especie. Se llevan a cabo antes que se observe la oruga y con dos tipos de tratamientos. El primero es la endoterapia, que consiste en la aplicación de insecticida mediante una inyección en el tronco, especialmente en las áreas de juego infantil y las áreas de perros. Con este método se obtiene una eficacia de casi el 100 %. El otro tratamiento se realiza mediante atomizador e implica aplicar insecticida con un cañón pulverizador que distribuye el producto por la copa de los árboles.
Los tratamientos curativos se llevan a cabo durante el invierno en los árboles con bolsas de procesionaria. Las acciones se basan en cortar las bolsas que sean accesibles con los recursos de los que dispone Parques y Jardines. Lamentablemente, las orugas forman estas bolsas en la cara sur y en las partes más altas de la copa de los árboles, lo que dificulta su acceso. La retirada de bolsas empezó el 22 de diciembre de 2021 y todavía se está realizando. Hasta ahora se ha actuado en 160 árboles de todos los distritos. En los árboles donde se eliminan las bolsas se realizan tratamientos fitosanitarios con insecticidas. También hay que tener en cuenta que algunos de los árboles de la ciudad son de titularidad privada.
Aparte de la recogida de bolsas, cuando las orugas bajan a tierra, Parques y Jardines procede a la recogida de las procesiones que forman estas orugas. Para ello, los operarios tienen que utilizar medidas de protección adecuadas para evitar el contacto con los pelos urticantes de la oruga.
Prueba piloto para evitar los métodos químicos
El Instituto Municipal de Parques y Jardines de Barcelona, en colaboración con el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF), promueve un estudio piloto de control biológico en varias áreas verdes de la ciudad. La prueba consiste en instalar cajas nido para pájaros insectívoros y para murciélagos, dos grupos biológicos que, según la bibliografía científica, se alimentan, entre otros, de la oruga y la mariposa de la procesionaria del pino.
Actualmente en la ciudad de Barcelona se establecen dos tipos de tratamientos para el control de la procesionaria del pino: espacios verdes con tratamiento químico y espacios verdes que forman parte de esta prueba piloto en la que se realiza el control biológico de la plaga (sin uso de tratamientos químicos).