Las muchas vidas de este edificio particular han ofrecido todas las visiones de ocio y crecimiento personal posibles a la ciudadanía de la Mina y del Besòs i el Maresme

Erigido en los años setenta, el gran interés del edificio desde el punto de vista arquitectónico es la intervención a la que se sometió en 1992 para crear el entonces denominado Casal Cívico y Comunitario de la Mina, actualmente Centro Cívico. Fue uno de los primeros proyectos comunes de los arquitectos Enric Miralles y Carme Pinós

Obtuvieron una gran repercusión por la innovación y la capacidad de investigar en la forma y en la expresividad, y además, manteniendo un lenguaje propio se reconoce la influencia del racionalismo y el constructivismo orgánico. De hecho, mantuvieron el edificio prácticamente íntegro, pero con estos preceptos y una estudiada definición de los accesos y los espacios, le dieron la vuelta. Lo más relevante es el enrejado reticular de acero del falso techo, que le da una personalidad única.

En 2009 tuvo lugar una nueva intervención para ubicar la nueva biblioteca, que supuso un revulsivo en el barrio.

Espacio social, civismo colectivo

El equipamiento está entre las calles Venus, Ponent y Cristóbal de Moura y la rambla de la Mina, muy cerca del límite administrativo de Barcelona. Esto hace que la actividad del centro reúne en un único punto de encuentro a las asociaciones de uno y otro lado.

Edifico multiuso

El edificio se construyó en 1974 para albergar un local de espectáculos, pero esta función duró pocos años. La carencia de escuelas y la perseverancia vecinal favorecieron el traslado de una escuela profesional para jóvenes que había en el Camp de la Bota, que tampoco duró muchos años. Como Centro Cívico el edificio encontró su función perfecta, y más aún al añadir la biblioteca.