Este barrio no ha sido, hasta ahora, una zona con una identidad urbana bien definida. Lo pone de manifiesto, incluso, el nombre de las asociaciones de vecinos del entorno, las cuales, a falta de otros referentes mejores, adoptaron los de las calles de su ámbito de influencia: Gran Vía-Perú-Espronceda y Paraguai-Perú. El nombre que ahora se ha adoptado remite al topónimo del antiguo municipio de Sant Martí de Provençals y, al mismo tiempo, a la vinculación de este sector con el territorio histórico del Poblenou.

El barrio comprende dos grandes unidades. Por una parte, prácticamente todo el lado mar de la Gran Vía entre la plaza de las Glòries y el límite del término, ocupado por los bloques altos de pisos que dan a la autopista, que actualmente está en curso de semicobertura. Por la otra, el territorio en profunda transformación que se extiende hasta la Diagonal y que corresponde a uno de los dos grandes sectores de desarrollo del 22@.

La potencia de los grandes ejes urbanos que cruzan la zona en sentido transversal (Gran Vía, Cristóbal de Moura, Llull), vertical (Bac de Roda, Selva de Mar, Josep Pla) y diagonal (la misma Diagonal y Pere IV), le dan una gran accesibilidad, una buena estructuración y una gran capacidad de atraer actividades, especialmente cuando se completen las aperturas de calles todavía pendientes. El nuevo gran parque en el cruce Diagonal-Pere IV, diseñado por Jean Nouvel, será un referente urbano destacado.

Junto al futuro parque está el antiguo complejo industrial de Can Ricard. Después de negociaciones difíciles entre propietarios, entidades ciudadanas y Ayuntamiento, se podrá mantener gran parte de la estructura original del complejo, con el fin de preservar su valor patrimonial y destinarlo a usos colectivos.