Varios cientos de fotografías del vecindario y de archivos, y también retratos actuales, construyen una única imagen que muestra cómo es el barrio en su conjunto

Técnicamente, este gran mural es un collage formado por cientos de fotografías que componen la imagen de lo que es el barrio desde la perspectiva urbanística. Las fotografías provienen en su mayoría del ámbito privado, aunque existe una parte relevante de retratos hechos expresamente para la obra.

El mural está en la pared lateral de la Asociación de Vecinas y Vecinos El Besòs, una posición central que hace que muchas personas se detengan para contemplar cada imagen y comentar la historia que hay detrás. Una dinámica interactiva que genera de nuevo el espíritu de comunidad.

Está todo el mundo

El mural está elaborado con fotografías cedidas en su mayoría por el propio vecindario en una iniciativa que evidencia que un proyecto artístico puede, por un lado, implicar y unir a todo un barrio, y por otro, dar un nuevo significado a los espacios públicos.

Se han utilizado imágenes del fondo fotográfico Alfred Matas Pericé, depositado en la Biblioteca Ramon d'Alòs – Moner, que tomó las primeras fotografías en color del barrio en construcción en los años 60 y 70. También las hay de Elisenda Ardèvol, Pepa Bueno y Martin Fontbuena, que han captado la vida de la zona cuando eran campos y cultivos.

La esencia está en el interior

La elaboración del mural fue a cargo del colectivo artístico La Matrioska, con sede en Via Trajana. Se trata de un grupo de diferentes profesionales audiovisuales con un proyecto de raíz social, Arrelarte, por el que crean murales de gran formato que cuentan la historia de un barrio a través de fotografías históricas, documentos visuales de archivos y retratos actuales del su vecindario.