La Cruz adrianense
La peculiar forma cónica de sus brazos otorga a esta cruz una estética más cercana a la morfología celta que a la románica o la gótica, más habituales en Cataluña
Aunque situada en el término municipal de Barcelona, esta cruz de término entre la rambla Guipúscoa y la calle Concilio de Trento es, en realidad, de Sant Adrià de Besòs, y quiere señalar simbólicamente el límite entre ambos municipios.
Es de piedra artificial y está constituida por un basamento cúbico sobre el que se levantan cuatro pilastras de fuste cilíndrico y liso con moldura formada por tres filetes semicirculares rematada por una triple corona de anillos troncocónicos. En el centro de la base hay un fuste cilíndrico que sostiene un capitel de forma troncocónica invertida con decoración vegetal donde descansa una cruz con los cuatro brazos iguales, de forma también troncocónica y revestidos con relieves que simulan cuerdas tejidas a espiga. El punto central de la cruz está resaltado con un círculo de sección cilíndrica, también decorado con relieves de inspiración vegetal.
Cruz céltica, cruz moderna
La cruz es de una estética que recuerda mucho más a la mitología céltica que a la románica o la gótica, más habituales en Cataluña. Cuando se construyó en 1944 se situó en la carretera de Mataró porque ya había existido una antiguamente, pero posteriormente cambió de lugar.
Arte nuevo, arte perdido
La iniciativa de reponer esta cruz fue del Estado y de Acción Católica en una iniciativa que quería restablecer todas las cruces de término que se habían perdido durante la Guerra Civil. A pesar de tratarse de un elemento totalmente contemporáneo, actualmente es todo un símbolo de la resistencia de Sant Adrià de Besòs ante los diversos intentos de anexión por parte de Barcelona y Badalona.