Este edificio racionalista que protagoniza el acceso a la villa por el puente dels Passadors, ha acogido a lo largo de los años todo tipo de actividades cívicas y sociales

El edificio original, construido en 1930 por la Compañía Fonográfica Hispano Americana SA, debía acoger una fábrica para pulir discos de vinilo. Se llamó Fábrica Polydor, pero hubo un problema grave, y es que los ingenieros y los arquitectos no previeron que las líneas de tranvía generaban unas vibraciones fatales para pulir discos.

El edificio nunca acogió la función que debía desarrollar, pero dejó en Sant Adrià un espacio moderno que el municipio ha sabido aprovechar a lo largo de todas estas décadas.

Espacio multiusos

En 1940 y bajo la dictadura franquista, el Ayuntamiento de Sant Adrià lo adquirió para ubicar la sede de la sección de la Falange y del Sindicato Vertical, además de una escuela, un dispensario y una primera biblioteca municipal.

De 1956 a 1976 hubo oficinas municipales, y la escuela, que con la democracia se llamó Pompeu Fabra, se trasladó en 1992 a su nueva sede. El edificio quedó vacío y fue ocupado para generar el Centro Social Autogestionado del Norte, activo hasta 2002. Con la reconstrucción, en 1996 se instaló la Biblioteca Popular de Sant Adrià y en 2006 el Centro de Producción Cultural y Juvenil Polidor y el Polideportivo Ricart.

Experiencias art déco

El edificio original responde a un diseño de Lluís Bonet i Garí, discípulo de Antoni Gaudí, que lo concibió en la idea de la “modernidad” y bajo la bandera de conceptos como la simplicidad, la claridad, la ligereza y la sobriedad. Surgió un edificio de tipo racionalista y líneas art déco que durante años han protagonizado la entrada a Sant Adrià por el puente dels Passadors.