El impulso vecinal, y también del arzobispado, dieron lugar a una iglesia socialmente tan relevante, que acabó dando nombre al barrio

En 1929, a los pequeños núcleos de Estadella y de Carolines se añadieron, de repente, las 800 nuevas viviendas de las Casas Baratas. La concentración de vecindario comportó la creación de una nueva demarcación parroquial y se le asignó un párroco, que oficiaba en una pequeña iglesia provisional.

El arzobispado adquirió unos terrenos para el nuevo templo en 1935, pero la Guerra Civil detuvo su construcción. El párroco Joan Cortinas reanudó sus trabajos en 1940 y en pocos años quedó terminada la nave principal y el campanario. El obispo Irurita consagró el nuevo templo al Bon Pastor, y es entonces cuando el barrio deja de llamarse de las Casas Baratas para adquirir la denominación religiosa.

Paradigma arquitectónico

Proyectada por Josep M. Sagnier, se trata de un buen ejemplo de la arquitectura de posguerra. Por su campanario se podría calificar de nerománico, aunque el uso del ladrillo visto le aleja de este estilo. La imagen del Buen Pastor del ábside es una obra de Ricardo Font dada por el cardenal franquista Enric Pla, mientras que las pinturas, que son posteriores, reproducen las de la basílica de San Apollinare Nuovo de Ravenna. El rosetón, de 1998, quedó inacabado.

Las personas, impulso de barrio

El rápido crecimiento demográfico de Barcelona al terminar la guerra generó todo tipo de propuestas de desarrollo social, articuladas a menudo por colectivos de base religiosa. Fue el caso del Bon Pastor, donde la llegada de las primeras familias que ocuparon las Casas Baratas supuso la construcción de una iglesia por cuyo nombre se denomina todo el barrio.