Mosaicos, en la Verneda
Un pequeño paseo interior entre la rambla de Prim y la calle Camp Arriassa exhibe obras de juventud y de madurez de Armand Olivé, el muralista de Barcelona
A lo largo de la segunda mitad del siglo pasado, las artes decorativas inundaban las construcciones de toda la ciudad. Es un rasgo muy fácil de distinguir en todas barriadas que se levantaron en aquellos años de estallido inmobiliario, y la impronta de los detalles artísticos quedó bien marcada en múltiples fachadas privadas y públicas. Esto fue así no sólo en los barrios del centro, sino también en barrios del entorno como la Verneda i la Pau.
El artista de las teselas
Muchos de estos elementos decorativos, y especialmente los de cariz muralista, son obra de Armand Olivé, y una de sus primeras actuaciones fue en la larga hilera de fincas que se extiende entre la rambla de Prim y la calle de Camp Arriassa, por encima de la rambla Guipúzcoa. Sus murales se concentran en los pasillos interiores que comunican las 15 diferentes comunidades y que permiten atravesar la finca de un lado a otro.
En 2021, unas obras de actualización de estos pasillos estropearon uno de los murales, y al enterarse Armand Olivé no dudó en rehacerlo y completarlo. Lo hizo con una visión actual, con lo que convirtió este pasillo en una suerte de recorrido vital de su propia obra.
De los grises a los colores
Al rehacer el antiguo mosaico, Armand Olivé no hizo una reconstrucción estricta sino que añadió porcelana y teselas de los años 60 de diferentes colores en los que dominan amarillos y dorados. Innovó en la faceta estética, y creó líneas divertidas y elementos rompedores que ligaran ambas partes sin pretender esconder cuál es la parte original y cuál es la parte actualizada.