Esta planta ampliará en un centenar los edificios conectados a este sistema y duplicará la actual superficie climatizada, que ha permitido evitar desde el año 2020 la emisión a la atmósfera de 21.000 toneladas de CO2, equivalentes a sacar de la circulación 36.300 vehículos. El objetivo de la puesta en marcha de la central es llegar a ahorrar 417.276 toneladas de CO2 durante el periodo 2021-2032.
Compromiso con las energías renovables y la eficiencia energética
La red urbana de distribución de calor y frío para destinarla a calefacción, refrigeración y agua caliente sanitaria contribuye a la estrategia de eficiencia energética de la ciudad, como el impulso a la generación de energía fotovoltaica o la creación de Barcelona Energia.
En este tipo de infraestructuras, la proximidad entre la fuente de generación de energía y los centros consumidores representa una gran ventaja en el planteamiento de la autosuficiencia energética en los espacios urbanos. Con respecto a los sistemas de uso individual, como calderas o aires acondicionados, estas redes son un 30 % más eficientes y permiten ahorrar espacio, inversión inicial y agua y reducen ruidos, vibraciones y costes de mantenimiento.
Esta tercera central de la red Districlima será subterránea para minimizar el impacto sobre los vecinos y los elementos del espacio público, y tendrá una inversión de 43,6 millones de euros.