El dibujante Francisco Ibáñez cuenta con más de 100 millones de álbumes vendidos y es uno de los humoristas gráficos españoles más prolíficos y reconocidos.
El Pleno del Consejo Municipal del 25 de febrero del 2022 aprobó por unanimidad, conceder la Medalla de Oro de Barcelona al Mérito Cultural al dibujante Francisco Ibáñez “por su incansable e intensa trayectoria creativa, como referente del mundo del humor y del cómic de nuestro país”. En su momento no se pudo hacer el acto de entrega y es por eso que se ha anunciado que se hará un acto de reconocimiento a título póstumo.
Vecino de Sant Martí
Francisco Ibáñez era vecino de la biblioteca Gabriel García Márquez donde hay un fondo especial monográfico dedicado a él y a sus cómics. El equipamiento se inauguró el año pasado y contó con su presencia.
La trayectoria del dibujante
Ibáñez empezó a desarrollar desde muy joven una gran afición por los cómicos y el dibujo. La primera publicación de un dibujo suyo llegó cuando solo tenía once años, en la revista “Chicos”, a pesar de que estudió contabilidad y peritación mercantil y su primer trabajo estuvo ligada en el mundo de la banca.
Pronto la empezó a compaginar con sus colaboraciones a revistas como “Nicolás”, “Chicolino”, “Picolín”, “Liliput” o “La Risa”, con tiras, chistes, series humorísticas, creando personajes propios o dando continuidad a creaciones otros autores.
El 1957 decidió dedicarse a tiempo completo a la creación de historias y abandonó el trabajo en el banco. Aquel mismo año empezó a colaborar con la editorial Bruguera. El enero de 1958 se publicó la primera serie de Mortadelo y Filemón en la revista “Pulgarcito”, sus personajes más icónicos.
Entre 1957 y 1963 empieza una etapa donde irá fijando su estilo propio dentro de Bruguera, creando infinidad de personajes y adaptando algunas de sus mejores series para las diferentes revistas y tebeos de la editorial: “La familia Trapisonda” (Pulgarcito, 1958); “13, Rue del Percebe” (Tío Vivo, 1961); “Lo abotonas Sacarino” (Lo DDT, 1963); “Rompetechos” (Tío Vivo, 1964) o “Pepe Gotera y Otilio” (Tío Vivo, 1966).