Con la declaración de emergencia, el protocolo por sequía prohíbe el uso de agua potable para regar y limpiar el espacio público, y el Ayuntamiento ha iniciado el plan para adaptar los servicios municipales a la nueva situación.
Entre marzo y setiembre se iniciarán siete actuaciones planificadas a lo largo de este mandato que se han aprobado con el cambio de fase. En conjunto, sumarán 0,2 hectómetros cúbicos de agua disponible para riego y limpieza de las calles.
Red de camiones nodriza
La limpieza urbana, en esta fase de emergencia, se mantiene con uso exclusivo de agua freática no potable para limpiar calles, alcantarillado, pavimentos, fachadas y similares. Una red de 28 camiones nodriza de agua freática alimentan los vehículos de limpieza más pequeños con movilidad por toda la ciudad.
También se amplía el riego de supervivencia. Hasta el momento se regaban 25 espacios verdes donde llegaba agua freática canalizada; ahora se suman 125 ámbitos más que se riegan con agua no potable, y se espera que se sumen más espacios.