Según la lectura del padrón municipal en fecha 1 de enero de 2022, publicado por la Oficina Municipal de Datos, la bajada de 20.000 residentes está vinculada sobre todo al saldo migratorio y administrativo (altas por omisión menos bajas por inscripción indebida o caducidad), que supone más de tres cuartas partes del total, unas 16.000 personas. El resto corresponde al repunte de la mortalidad causado por la pandemia.
Es el segundo año consecutivo que se produce una pérdida de población, lo que rompió una tendencia de cinco años de crecimiento neutro. En la lectura anterior, que analizaba los datos del 2020, la incidencia de la pandemia fue mucho más alta, con casi 3.400 defunciones más. En cambio, el saldo migratorio fue neutro.
El perfil predominante de los emigrantes en el 2021 corresponde a personas de entre 25 y 34 años que van sobre todo al resto de Cataluña y del Estado, con un cambio significativo en la nacionalidad, ya que más de la mitad (55 %) son extranjeros. Los lugares preferidos de destinación son grandes ciudades del ámbito metropolitano de Barcelona, así como Madrid.
Con respecto a los inmigrantes, el perfil mayoritario es también el de adultos jóvenes, casi una cuarta parte de los cuales nacidos en el extranjero (73,3 %). Los principales puntos de origen son Argentina, Colombia, Italia, Perú, Francia y Pakistán.
Destaca el descenso de los ciudadanos británicos, que en un año han pasado de ser el tercer grupo más numeroso a ser el séptimo. Además de la nacionalidad española, en Barcelona residen personas de 176 nacionalidades.
Pocos nacimientos y máximos históricos de la edad media de la población
La pérdida de población por la emigración no se compensa con la natalidad, que mantiene una tendencia a la baja ininterrumpida desde el 2016, por lo que no se puede imputar solo a efectos de la pandemia. De hecho, habría que remontarse a la Guerra Civil para encontrar un número inferior de nacidos registrados.
La baja natalidad es justamente uno de los factores que explican la tendencia al alza de la edad media, que se sitúa en máximos históricos, con 44,2 años. También influye el hecho de que el número de personas centenarias en la ciudad aumenta un 7,8 %, hasta el máximo histórico de 931 personas, un 83 % de las cuales son mujeres.
Otro de los datos relevantes es la ampliación del nivel formativo de la población: el 34,6 % de las personas de más de 16 años tiene una titulación universitaria o un ciclo formativo de grado superior, un aumento de 12 puntos respecto al 2009.