El misterio del tiempo perdido: reflexionando en familia sobre el uso del tiempo
>> El pasado sábado 9 de noviembre, la actividad “El misterio del tiempo perdido” convirtió el Espacio de Juego 0-99 y la Clariana de las Glorias en un auténtico condensador de tiempo para reflexionar, jugar y aprender sobre cómo gestionamos nuestro día a día.
El escenario: espacios que invitan a vivir y repensar el tiempo
El Espacio de Juego 0-99, un punto de encuentro intergeneracional, y Clariana de las Glorias, con su espacio verde abierto y polivalente en el corazón de la ciudad, son ejemplos claros de cómo Barcelona integra espacios para vivir y repensar el tiempo. Estos espacios ofrecen oportunidades para que la ciudadanía de todas las edades disfrute, experimente y reflexione sobre la convivencia y el uso del tiempo de forma flexible y dinámica.
Una experiencia participativa para todo el mundo
Una treintena de familias participaron en las diversas propuestas de “El misterio del tiempo perdido”, entrando y saliendo libremente de una actividad que se estructuró como una especie de gincana con dinámicas variadas, adaptadas para todas las edades e intereses. La jornada empezó con una reflexión sencilla: ¿a qué dedicamos nuestro tiempo diario? Familias y niños y niñas plasmaron sus rutinas en post-its, que después enganchaban a cajas de cartón de varios tamaños: las más grandes representaban actividades que ocupaban mucho tiempo, mientras que las pequeñas simbolizaban aquellas que requerían menos dedicación.
Esta primera propuesta culminó en una carrera simbólica, donde los más pequeños corrían cargando las cajas. La idea era visualizar cómo el “peso” del tiempo dedicado a diferentes actividades puede influir en nuestro camino diario: a más actividades o más tiempo dedicado, más peso cuesta llevar. Así, se invitaba a las familias a reflexionar sobre cómo podemos gestionar mejor nuestro tiempo, priorizando aquellas actividades que realmente nos hacen felices.
Otro momento destacado fue el juego del pañuelo, donde las dinamizadoras proponían temas como “mirar la tele” o “hacer deporte”, y niños y adultos corrían a coger el pañuelo según pensaban que le dedicaban demasiado tiempo. A través del juego, las familias exploraron qué hábitos les absorbían más tiempo de lo que desearían.
Jugar para entender el equilibrio entre mundo digital y analógico
Una actividad con cuerdas elásticas permitió reflexionar sobre el equilibrio entre actividades digitales y analógicas. Las familias decidían entrar o salir de un rectángulo simbólico que representaba una pantalla, según su preferencia u obligación para realizar determinadas actividades, como leer, jugar o conectarse con los demás.
Además, una red hecha con ropa y cordel sirvió para construir la metáfora visual y colectiva de cómo nos sentimos conectados o desconectados a través de nuestras actividades y relaciones.
Reflexión final y regalos inspiradores
La actividad concluyó con una reflexión separada por grupos: las personas adultas compartieron ideas y reflexiones, mientras que los niños y niñas dibujaron sus actividades preferidas bajo la premisa “Con el tiempo me gusta…”. Los niños que participaron hasta el final recibieron un Pasaporte de la Ruta de los Dragones de Barcelona, una propuesta original para descubrir la ciudad en familia, sin prisas, a través de 12 mapas y 14 dragones singulares.
Inspiración para las políticas públicas
Todo el material recogido durante la actividad se convertirá en una herramienta valiosa para inspirar políticas públicas que promuevan un uso más saludable del tiempo. Además, este contenido se mostrará próximamente en distintos espacios digitales y equipamientos de la ciudad, con el objetivo de seguir sensibilizando sobre la importancia del tiempo como recurso vital.