Una biblioteca puede acoger momentos íntimos, pero es siempre una vivencia compartida con el resto de personas que lo utilizan. Así, por toda la ciudad funcionan como conectores culturales para la comunidad. Aprendemos de nuestras diferencias para reducir distancias. Cruzamos nuestros caminos para combatir el aislamiento desde la cultura comunitaria. Las bibliotecas nos regalan motivos para tejer relaciones y cuidar del resto de vecinos y vecinas. Nuestras bibliotecas son plazas públicas donde celebrar la vida y trabajar juntas por la mejora social.