La conferencia final del proyecto europeo Secur’cities, liderado por las ciudades de Barcelona y Lyon, ha puesto en común las experiencias, metodologías y prácticas que se han establecido en el marco de esta iniciativa. El acontecimiento, que tiene lugar en la Fundación Joan Miró, acabará mañana.
Un centenar de participantes, entre asistentes y ponentes, han analizado las medidas de prevención necesarias para reforzar la seguridad de los espacios públicos. Destacan miembros de cuerpos de seguridad de la capital catalana, como Guardia Urbana, Bomberos de Barcelona y técnicos de la Gerencia de Seguridad y Prevención del Ayuntamiento de Barcelona, además de representantes de otros cuerpos de emergencia de Lyon y otras ciudades europeas.
Secur’cities es un proyecto financiado a través del fondo Internal Security Found Police (ISPF), creado por la Comisión Europea, que da apoyo a las ciudades que refuerzan la seguridad y reconoce el papel de las autoridades locales a la hora de hacer políticas de prevención y protección ante amenazas terroristas e incidentes críticos.
Esta iniciativa se puso en marcha en el año 2019 con un presupuesto de 2.884.753 euros, el 90 % subvencionado por el fondo europeo, y permitirá dar respuesta a algunas de las necesidades de mejora de la prevención y reacción ante incidentes con múltiples víctimas.
Líneas de trabajo
Secur’Cities se estructura en tres ejes de trabajo, el primero es facilitar la organización de acontecimientos en el espacio público de manera segura. En el caso de Barcelona se han hecho dos actuaciones principales: un proyecto de mejora de la seguridad en la avenida de la Reina Maria Cristina, un espacio con gran afluencia de visitantes durante los espectáculos de la Fuente Mágica y la celebración de festividades, y un estudio de zonas sensibles en la ciudad, a partir de la metodología de evaluación de riesgos consensuada por los dos equipos técnicos del proyecto.
El segundo eje se ha centrado en la modernización del sistema de videovigilancia en el ámbito de la seguridad urbana, para garantizar una detección rápida de incidentes y la identificación ágil de personas, objetos o vehículos que puedan representar un riesgo para la seguridad.
Finalmente, la tercera línea de trabajo consiste en el intercambio de experiencias y buenas prácticas en el ámbito europeo.