El confinamiento ha dado lugar a nuevos hábitos, nuevas maneras de gestionar el tiempo y nuevos pasatiempos. Lo saben bien Laura y Oriol, compañeros del AHCB que recientemente han despertado el interés de los medios de comunicación no sólo por su trabajo de catalogación de los expedientes de obra entre 1771 y 1841, sino por otra práctica: la de buscar los nombres que los vecinos y vecinas de Barcelona daban popularmente a las calles de la ciudad. Todo un nomenclátor popular que va más allá del registro oficial municipal y que Laura Fortuny dio forma a Twitter durante el confinamiento.
Con el fin de descubrir estos nombres populares, se ha tenido que hacer con la ayuda de documentos y publicaciones, como es el caso del Manual y Guía de Forasteros del año 1761, toda una guía urbana que les ha servido para ubicar calles y ayudar a identificar los nombres.
Un ejemplo lo encontramos en la calle de Arlet, en el barrio Gótico, que antes de 1865 se llamaba Magarola, pero que popularmente (y según una licencia de obra de 1789) se le llamaba también Travesía de Sant Jeroni. También de plazas como la de la Cucurulla, que según la documentación de licencias de obras los vecinos se referían como plaza dels Boters o de la Font, relacionado con el oficio que se hacía en una de las calles que llevaba a la plaza y por la fuente que todavía hay a tocar.
Y encontramos muchos otros ejemplos, como la calle «del Cisne», que resulta ser un tramo de Ferlandina; la plaza de Sant Agustí Vell, que era conocida también como la plaza de la Blanqueria o Pont d’en Capderà; o las calles de Sant Pere Més Alt y Més Baix, también denominados Sobirà y Jussà.
Descubrid muchas otras curiosidades en la noticia publicada en los medios, en el hilo de Twitter elaborado por Laura Fortuny y en nuestro Catálogo en línea.