Comercio

¿Qué significa Quirat? En español quilate, es la unidad de peso, equivalente a 200 miligramos, para perlas, piedras y metales preciosos. Y en sentido figurado, se refiere al grado de pureza, en este caso de las joyas gastronómicas que se sirven en el restaurante con 1 estrella Michelin del hotel InterContinental. El chef Víctor Torres fusiona tradición e innovación en una propuesta basada en la sofisticación moderada, técnica mediante, de lo sencillo y auténtico, trabajando con productos de temporada y proximidad. Y ofrece, en una sala propia de un grand hotel como es este, amplia, elegante y con servicio excepcional, dos menús degustación –18K y 24K– que cambian con las estaciones. En esencia, cocina catalana de autor, de mar y de montaña –los límites naturales de la ciudad–, a casar con más de un centenar de vinos. 

Destino de peregrinación gastronómica descentralizado, rara avis en su zona, y lleno hasta la bandera a diario, por su carisma y “alta cocina de barrio” según su propia definición. Esta casa de comidas, que desde 1974 ha servido desayunos y almuerzos (no abre por la noche) a los vecinos y trabajadores de la Zona Franca, y a gente que se desplaza expresamente, la comandan los hermanos Sierra Calvo, que relevaron a sus padres al frente del negocio. Borja, que anda entre fogones, estudió en una escuela de hostelería y aprendió en el restaurante Zuberoa de Hilario Arbelaitz, cuyo pastel de queso encabeza la carta de postres. Acogen primero a madrugadores ávidos de romper el ayuno con bocadillos, huevos fritos bien acompañados y platos de tenedor y cuchillo. Guisos maternos sin trampa ni cartón, que el hijo ha hecho suyos. Y en el segundo turno, a la parroquia que acude a la hora de comer, imprescindible hacerlo con reserva, para dar cuenta de unas croquetas de jamón ibérico (receta original), la cabeza de cochinillo frita entera como en La Tasquería, un tartar de tomate con vieiras o un risotto, platos de pescado en los que se nota la influencia del maestro vasco, y carnes, en ocasiones de caza. 

Vicky Maccarone y Jaume Marambio se conocieron hace doce años trabajando cerca de Girona, en Mas de Torrent, y desde entonces han seguido caminos similares en la escena gastronómica. Es decir, han evolucionado a la par, y de ahí el nombre de este restaurante. En 2022 decidieron emprender un proyecto conjunto, ella en la sala y él en la cocina. Aplicarían todo lo aprendido en Saüc, St. Rémy, Disfrutar, y en locales del grupo elBarri (Tickets, Pakta, Hoja Santa y Niño Viejo), transformando el otrora Pakta en una taberna de inspiración asiática. Para nutrir la carta de esta singular izakaya, se trabaja el producto mediterráneo de temporada con sutileza y técnicas niponas de cocción, encurtido, marinado y corte, dando como resultado creaciones sabrosas y divertidas. “Juntamos dos culturas que a la par son una maravilla” –afirman. Montaditos como el de sashimi de calamar y panceta ibérica, nigiris como el de bonito, kizami y miso, ostras Poget nº2 de Marennes-Oléron con ponzu e ikura o a la brasa con escabeche, guisos –caso del fricandó de secreto de atún y el mar y montaña de anguila, papada y dashi de cebolla–, y postres como el mochi de chocolate a la brasa y helado de aceite de oliva. 

“Bodega del arte y el buen comer”, y establecimiento icónico de la Rambla del Poblenou, en una finca modernista, cuyo interior conserva los rosetones y baldosas hidráulicas originales. A su artífice, Jaume Recasens, un buen día se le ocurrió ofrecer, en un rincón de la carnicería familiar inaugurada en 1906, jamón y embutidos. Y de ahí, explica, su entusiasmo por el producto artesano y su vocación de servicio urdieron el que hoy es su mayor empeño: un proyecto de restauración sencillo pero de calidad, que puso en marcha con su hermana Teresa. En Can Recasens proponen generosas tablas de las mencionadas delicatessen con pan con tomate, carpaccios, y frescas ensaladas, por ejemplo la de foie. Allí, los sabores auténticos se fusionan con la expresión artística, ya que además funciona como galería de arte, y exponen obras en un local con diversas salas que también acogen sus propias composiciones con flores secas, frutas y hortalizas, y la música en vivo de una banda de jazz dos noches al mes. Y en la tienda gourmet, puedes comprar y llevarte a casa lo que has degustado en el restaurante: charcutería, quesos catalanes y franceses, y bodega seleccionada. En 2023 abrió el segundo en Sant Cugat del Vallès.

Restaurante de cocina casera de mercado, que trabaja la tradición con técnicas culinarias actuales. Expertos en arroces, paella marinera en concreto, que elaboran con marisco fresco. Disponen de menú diario –completo, medio menú de primero o medio menú de segundo–, con variedad de opciones a escoger. Su secreto mejor guardado es la receta de la tarta de queso, y aceptan encargos para llevar (clásica, de 4 quesos, manchego o cabrales). De referencia en el barrio también por disponer de dos salones privados, que pueden acoger eventos de empresa y celebraciones como bodas, bautizos y comuniones, cuyos menús, personalizables, pueden incluir platos como el canelón de carrillera de ternera con Idiazabal o el cordero asado estilo Castilla. Para desayunar, bocadillos fríos y calientes. Abre de 6:30 a 16:30 h de lunes a viernes.

Xavier Jovells (Can Pineda) fue creador en 2009, junto a su primo Marc Cuenca y su amigo Joan Valencia (Cuvée 3000), de esta gastrotaberna de ambiente despreocupado, que hoy dirige Marc en solitario. En Els Tres Porquets se idolatra la cocina tradicional que conoce bien, aplicando lo aprendido en platillos merecedores de atención. Elaborados al momento con su toque especial, los sirven sin protocolos, como se ha hecho toda la vida. Raciones y tapas frías y calientes con los mejores productos de mercado y temporada. En la pizarra, Nuestra presa y sus 25 ingredientes, Pipirrana de mi abuela, Morcillita tostada, foie fresco con puerros caramelizados, callos con garbanzos, vieiras con crema de tupinambo y panceta curada, trufa negra de Teruel y guisantes del Maresme… Y para acompañar todo eso y más, vinos ecológicos y naturales. Sala privada y menús para grupos. 

En esta “taberna pizzera con mucho flow” y talante solidario despachan pizzas artesanas, clásicas y de creación propia, para omnívoros, vegetarianos, la especial de temporada, y al gusto, en tamaño familiar o individual, y te dejan escoger el tipo de masa (de trigo sarraceno, cúrcuma o sin gluten). La carta se completa con aperitivos como la anguila ahumada, dos tipos de patatas bravas, tostaditas, “mandongas” acompañadas de focaccia, cazuelitas, pasta, bocatas, opciones veganas, ensaladas y hamburguesas personalizables. Para comer allí o pedir a domicilio. Donan parte de su beneficio trimestral a una ONG que trabaja para la conservación del mar, reparten el excedente de comida a través de entidades benéficas, y apuestan por la sostenibilidad utilizando ingredientes de km 0. 

En 1980 Josep Maria Maulini y Toia Duran renovaron el local donde inaugurarían Els Pescadors, salvaguardando la esencia genuina de la taberna de pescadores que habían encontrado. Con el tiempo, este restaurante de cocina marinera y mediterránea se convertiría en un imprescindible de Poblenou, desde 2020 con su hijo Marc al timón. La propuesta se basa en la calidad de los productos y el esmero en la elaboración de recetas sencillas. Su relación directa con productores y proveedores, a quienes mencionan en la carta, les permite ofrecer lo mejor, respetando las temporadas. Sus arroces en cazuela, marisco y pescado fresco, platos de bacalao y postres tradicionales como el brazo de crema, reúnen a parejas, grupos de amigos y familias en su incomparable terraza, ubicada en una silenciosa plaza con tres soberbios ombúes. Importante selección de vinos.

Cocina mediterránea de producto, con variedad de tapas, arroces como el caldoso de bogavante o el de montaña, y carne de Angus procedente de la Granja Corominas de Avinyó. Menú de mediodía de lunes a viernes, y para los jueves por la noche, bandeja de marisco fresco, pescado según mercado y sepia o calamar. En un restaurante que en 2023 cumplió la mayoría de edad. Aunque la trayectoria de este negocio familiar en el sector de la hostelería se remonta a 1969, ha cumplido dieciocho años en el barrio de Sant Martí, aportando buen gusto en cada uno de sus platos, que recomiendan acompañar con los vinos y cavas de una bodega seleccionada. Su esfuerzo por crear una carta elocuente, resultado, en sus propias palabras, “de muchas madrugadas pensando y noches cocinando”, se ve recompensado por una clientela fiel. 

Con Can Culleres el chef Jordi Asensio regresó al lugar que le vio crecer, poniendo sobre la mesa lo aprendido en cocinas de prestigio (Martín Berasategui, Pierre Gagnaire...). El nombre del local remite y rinde homenaje a Metales y Platería Ribera, fábrica de cubiertos de Poblenou conocida popularmente como Can Culleres, donde trabajó mucha gente del barrio; en los años 60 el abuelo de su pareja, Patricia Nieves, que atiende las mesas. El espacio evoca y reivindica con orgullo el pasado industrial de la zona, con la voluntad de cobijar los recuerdos familiares y la memoria colectiva. Propone carta y platos de temporada con ingredientes frescos de calidad, sabores arraigados en la tradición culinaria local junto a elaboraciones creativas. El canelón de rostit con bechamel trufada y virutas de jamón y los arroces contribuyen a convertirlo al instante en sitio favorito.