Bar Muy Buenas
En 1928, el matrimonio formado por Josep Ribas y Josefa Manzana inauguró su casa de comidas Bar Muy Buenas. Considerado Establecimiento Emblemático, cerró en 2014 y ha sido recuperado para la ciudad y restaurado con respeto y esmero por Grup Confiteria. En la planta superior, con balconcito, se exhibe el rótulo de Salvador Ràfols, el primero en darle uso a un local que fue expoliado por uno de sus posteriores inquilinos, que desmontó las piezas modernistas (la mampara, el marco exterior de la puerta y la barra de mármol). Tuvo que devolverlas.
Ofrece cocina popular catalana, bien ejecutada con productos de calidad. Anchoas de L’Escala, tortilla en salsa, sopa de cebolla de Figueres, bacalao a la llauna con judías de Santa Pau, albóndigas con sepia, canelones, fricandó, crema catalana, recuit del Empordà… Junto a una multitud de vinos de la tierra, y cócteles con nombres como Mary Santpere o Josep Pla, elaborados con destilados del territorio –Aromas de Montserrat, ratafía, Anís del Mono, absenta de Girona, crema de arroz blanco del Delta del Ebro–, convierten al Bar Muy Buenas en una experiencia autóctona de primer orden.
Atienden de lunes a domingo, cuentan con menú de mediodía, y en su sala privada acogen a grupos y pequeñas celebraciones.
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