Hacia una sociedad más justa
Hoy, 20 de febrero, se celebra el día internacional de la justicia social. Una conmemoración instaurada por las Naciones Unidas y celebrada desde 2009.
Cuando hablamos de justicia social, nos referimos al principio de equidad en la sociedad, que tiene como objetivo crear sociedades donde todo el mundo pueda disfrutar de una vida digna, sin verse limitado por cosas fuera de su control, como obstáculos sistémicos, pobreza, o discriminaciones. La justicia social promueve una distribución equitativa de derechos, recursos y servicios básicos – que reconozca y respete las diferencias existentes – con la finalidad de acabar con las desigualdades e injusticias sociales.
Derechos humanos, ingrediente clave por la justicia social
La conexión entre la justicia social y los derechos humanos es clara: una no puede existir sin la otra.
A fin de que una sociedad sea justa, tiene que respetar los derechos humanos de todo el mundo y garantizar que todas las personas tengan igualdad de oportunidades para acceder a elementos básicos para vivir plenamente, como la sanidad, el trabajo, la educación, o la vivienda.
De eso se desprende que la discriminación y la justicia social son claramente incompatibles. Si se restringe el acceso a estos servicios básicos en función de factores personales como el género, la clase, o el color de piel, entre otros, se da precisamente la situación contraria: la injusticia social.
Otro elemento clave para que la justicia social sea posible, es la equidad participativa: que se escuche y se reconozca todas las voces de una sociedad, poniendo en valor su diversidad. Todo el mundo tiene que poder decidir sobre su propia vida.
¿Y eso, cómo se consigue?
La Declaración Universal de los Derechos Humanos, redactada en 1948, ya incluyó artículos sobre la necesidad de respetar derechos económicos, culturales, y sociales como el derecho a la salud, a la seguridad en caso de paro, y la educación. Más adelante, en 1966, estos derechos se recogieron en el Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
En Barcelona, desde 2006, el Acuerdo Ciudadano por una Barcelona Inclusiva ejerce un papel fundamental en la defensa de la justicia social y en la construcción de una “Barcelona más inclusiva y con mayor calidad de vida para todas las personas”. El acuerdo es un espacio compartido entre la sociedad civil y las instituciones que, a través del trabajo y los valores comunes, defiende una política social basada en los derechos para hacer frente a las situaciones adversas.
Más concretamente, el Acuerdo está implementando la Estrategia de Inclusión y de reducción de las desigualdades sociales de Barcelona (2017-2027), en el marco de la cual se llevarán a cabo más de 800 proyectos en diferentes barrios de la ciudad para reducir las desigualdades sociales.
Hoy conmemoramos el día de la justicia social, subrayando su importancia. Cuando una sociedad es justa, protege y respeta los derechos humanos de todo el mundo.