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"Hay que abordar el sinhogarismo también desde el derecho a la vivienda"

05/11/2025 - 11:33 h

HABLAMOS CON DEFENSORES. Hablamos con Eva Hobeich, jefa del equipo jurídico de la Arrels Fundació, sobre el aporofòbia y la necesidad de transformar la mirada institucional y social para garantizar los derechos reales de las personas que viven en la calle.

Eva Hobeich es la jefa del equipo jurídico de la Fundació Arrels, una entidad sin ánimo de lucro que acompaña a las personas que viven en situación de calle.

“Las personas que viven en la calle tienen muchos de sus derechos fundamentales vulnerados. El primero, el derecho a la vivienda —y la vulneración de este derecho comporta la vulneración de muchos otros derechos.” Empieza así la entrevista con Eva Hobeich en el marco de la serie “Hablamos Con Defensoras”. Denuncia que a menudo el sinhogarismo no se trata desde el derecho a la vivienda, y eso es un error, porque es el primer derecho que está vulnerado.

Eva Hobeich explica que las personas en situación de calle sufren muchas discriminaciones y que las mujeres sufren muchas más por el hecho de ser mujeres: violencias machistas y sexuales. “Desde Arrels estamos incorporando cada vez más la perspectiva de género porque vemos que existe esta necesidad. Por ejemplo, hemos abierto una franja no mixta que quiere ser un espacio seguro donde las mujeres puedan sentirse cómodas, protegidas y libres.”

Sólo el 10% de las personas sin hogar en Barcelona son mujeres, Eva Hobeich denuncia que el sinhogarismo femenino está muy invisibilizado. Cuando una mujer duerme en el raso, es porque ya ha perdido todos los recursos que podía sostener. El sinhogarismo no es sólo dormir en la calle, también lo es dormir en una habitación cedida, en un lugar resguardado a cambio de favores sexuales, o estar en un recurso que no es permanente o inadecuado.”

También destaca que, en el caso del aporofòbia, hay mucha infradenúncia. “Las personas están centradas en sobrevivir, y muchas han perdido la confianza en el sistema. Además, las pocas denuncias que se presentan a menudo no acaban con resoluciones que contemplen el aporofòbia como tal.”

Según Hobeich, la administración local tiene un rol fundamental, porque es la que más interactúa con estas personas. Recuerda que existe una aporofòbia institucional, y hay que tenerla en cuenta en las políticas públicas. “A menudo el sensellarisme se aborda desde la criminalización o la limpieza, en vez de hacerlo desde una vertiente social.”

Finalmente, hace un llamamiento a cambiar la mirada hacia las personas que viven en la calle. A menudo las culpabilizamos, sin ver las causas estructurales que hacen que estas personas acaben en situación de calle. Hace falta quitarnos el estigma y entender que son personas como nosotros.”