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Todas podemos defender los derechos humanos

Defensa de derechos. Cualquier persona que defienda los derechos de forma pacífica puede ser una defensora de derechos humanos.

Cualquier persona que defienda los derechos de un individuo o de un colectivo de forma pacífica, también en el ámbito local, puede ser una defensora de derechos humanos.

Cuando a menudo hablamos de las defensoras de derechos humanos nos imaginamos a reconocidos activistas internacionales. No obstante, el trabajo de las defensoras de derechos es más amplio y está más arraigado en la ciudad de lo que nos pensamos, desde las defensoras de derechos durante las cargas policiales por las protestas de la Sentencia del Procés, hace ahora un año, hasta las activistas del movimiento por el derecho a la vivienda o las campañas por la universalidad del padrón.

Se define como «defensoras de derechos humanos» aquellas personas y colectivos que trabajan para hacer efectivos los derechos y libertades recogidos en las distintas declaraciones internacionales, en el marco de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Según las Naciones Unidas, «la persona que actúe en favor de un derecho (o diversos derechos) humanos de un individuo o un grupo será un defensor de los derechos humanos», siempre que lo haga pacíficamente.

Las defensoras de derechos acostumbran a actuar en el ámbito local, estatal e internacional, promoviendo la defensa de los derechos para todas las personas, tanto los derechos civiles y políticos, como los derechos sociales y económicos. Desde la defensa de la libertad de expresión, pasando por el derecho a una vivienda, la educación o la sanidad, hasta los derechos de minorías y grupos concretos de población sometidos a discriminación, como las mujeres, las personas LGTBI, o las personas migradas y racializadas.

En todos los casos, las defensoras ejercen un papel relevante en la denuncia de violación de derechos y apoyo a las víctimas, ya sea con campañas de difusión y concienciación, como ofreciendo cobertura legal, utilizando mecanismos internacionales de denuncia, o instando a las instituciones a abrir investigaciones. Algunos ejemplos son las investigaciones sobre los usos desmesurados o injustificados de la fuerza policial o las vulneraciones de derechos de las personas migradas en instituciones opacas, como en el caso del Estado español los CIE o los centros de menores tutelados.

No obstante, el trabajo de las defensoras de derechos humanos no es únicamente reactivo, sino que actúan también el ámbito de la prevención y la promoción de conocimiento. En este sentido, hay defensoras que hacen formación y capacitación de profesionales en materia de derechos humanos en diferentes sectores, como los cuerpos policiales, los abogados o los periodistas, así como asesoramiento a instituciones y administraciones públicas, como en la aplicación de normas o el diseño de políticas públicas.

El año 1998, se aprobó la Declaración de la ONU de los Defensores de los Derechos Humanos, que reconoce su tarea e insta a los gobiernos a proteger a las defensoras, ante las diferentes violencias a las cuales están expuestas, desde la represión jurídica hasta, en los casos más graves, la tortura, la violencia sexual y el asesinato, especialmente en el caso de las mujeres. La Dirección de Justicia Global del Ayuntamiento de Barcelona impulsa desde hace años el programa Barcelona protege periodistas de México, en el marco del cual se hacen estancias de periodistas mexicanos en la ciudad que han sido amenazados en su país por informar sobre vulneraciones de derechos humanos.

Según la organización Front Line Defenders, el año 2019 se denunciaron 895 vulneraciones de los derechos de las personas defensoras, incluyendo la Sentencia del Procés que condena a Jordi Cuixart, detenido justo hace ahora tres años. Posiblemente, las cifras reales sean mucho más elevadas. El mismo 2019, fueron asesinadas 304 activistas de 31 países diferentes por su tarea defensora, el 40% eran defensores de la tierra y los derechos de las personas indígenas. Así lo señala su último informe, donde también especifica que el 13% de los asesinatos totales eran de mujeres.

La vicepresidenta de la organización, Meerim Ilyas, denunció que «las amenazas y los ataques contra las defensoras de los derechos humanos adquieren dimensionas específicas de su género y a menudo implican amenazas y violencia sexual». Ilyas especificó que las mujeres «son castigadas por su trabajo público con ataques en su vida privada en los cuales se cuestiona su papel como madres y parejas». El 29 de noviembre se conmemora el Día Internacional de las Mujeres Defensoras de derechos humanos, para reconocer la tarea específica de las mujeres defensoras.

En este contexto de creciente violencia hacia las defensoras de derechos, el nuevo Centro de Recursos en Derechos Humanos del Ayuntamiento Barcelona impulsa un espacio de encuentro de defensoras, donde se promueva el intercambio de conocimientos y experiencias entre las defensoras locales e internacionales. Asimismo, hace formación para el ámbito educativo y las entidades sociales, con una parte de testimonio, e incluye debates sobre la figura de las defensoras dentro del ciclo de actualidad Hablamos de derechos. El primero de ellos tendrá lugar el 26 de noviembre y contará con la participación de la organización Defender a quien defiende.